Por no repetir detalles de mi trayectoria -su resumen puede leerse en mi currículum adjunto-, me presento en pocas líneas generales.
Nací en Madrid en 1957. Aunque no me siento responsable de ello, sí de lo hecho desde entonces. Pese a que en mis planes iniciales no figuraba el teatro, algo debí prever al matricularme en la Facultad de Ciencias de la Imagen tras convencerme de que mi pulso deficiente no me dejaría brillar como neurocirujano, mi secreta ambición. Pero el teatro apareció en forma de oportunidad inesperada, y el famoso veneno que destila me atrapó de manera irremediable, así que en cuanto se presentó la ocasión de estudiarlo en el contexto del Laboratorio del T.E.C. (mejor opción de ese momento, me atreveré a decir), no dudé más: atrás quedaron las aulas complutenses y demás veleidades.
Llevo ejerciendo casi todas las profesiones relacionadas con esta forma de espectáculo cuarenta y algo años, y creo que eso contribuye a la habilidad de escribir de forma seria para él.