YO, PECADOR
AUTOR/A: Salvador Enríquez Muñoz

Sinopsis
Se supone que un hombre ha muerto de viejo y comparece en el “juicio final”. Nunca ha pecado, su gran culpa es no haber sabido ser feliz.
Datos técnicos
Lengua original:
Español
Género:
Drama
Personajes femeninos:
Ninguno
Personajes masculinos:
1
Estrenada
Espacio
Sin concretar
Duración
Microteatro
Época
Contemporánea
Año de creación
2001
Otros datos
Fecha de estreno: 2001
Lugar de estreno: Universidad Autónoma de Baja California (México)

Sobre el autor/a
Salvador Enríquez Muñoz
Salvador Enríquez n. Granada (España) el 22/6/1942. Reside en Madrid desde 1964. Como autor teatral ha escrito más de una veintena de obras. Algunas han sido estrenadas, premiadas y/o publicadas. Los estrenos han tenido lugar en España, Argentina, México, Perú, Venezuela, Colombia, Paraguay y otros países de habla hispana. También en Eslovaquia y Rumanía. En narrativa ha escrito más de medio centenar de cuentos, los primeros publicados en dos volúmenes, algunos premiados y la mayoría publicados en suplementos culturales de prensa y en revistas literarias. En periodismo ha colaborado y colabora en medios de difusión, españoles e iberoamericanos, tanto en soporte papel como digital, con informaciones y comentarios sobre la actualidad teatral. También publica columnas de opinión sobre temas de actualidad. En agosto de 2002 creó la revista digital Noticias Teatrales que se puede leer en Internet y contiene las noticias de actualidad teatral.
Especialidad
Autor
Una mujer –el personaje del cuadro de Edward Hopper- cuenta en primera persona los motivos de su llegada al hotel, un lugar solitario, frío, pero que para ella puede significar el inicio de un camino nuevo. Con la ayuda de una guía de trenes traza su futuro mientras escribe una carta a “él” y la concluye con un gesto, mezcla de ironía y desprecio.
Dos personajes (Él y Ella) se hablan por un chat. En la breve conversación de deciden que es mejor hablarse en persona.
Al amanecer, un hombre y una mujer se encuetar en un tren de cercanía. Hablan brevemente sobre la situación social y económica. El hombre toma una solución dramática, aunque reversible.
Lorenzo, (hombre de unos 60 años), se retira durante unos días a un antiguo balneario cerca de la mar. Allí lo atienden Silvia (encargada del Servicio de Habitaciones) y Martín (Recepcionista). Se trata de un balneario decadente, como una metáfora de la vida del protagonista. Porque Lorenzo se considera un hombre fracasado, al que solo le quedan los recuerdos de su vida en unas antiguas fotografías, en las que aparecen sus padres, su mujer, una antigua amiga, una amante… y la sensación de todo, todo en vida, ha estado dirigido por el azar y no por su propia voluntad. No ha sido dueño de su vida, sino un ser en manos de unas circunstancias que ha sido incapaz de controlar.
Al balneario llega un extraño personaje denominado N.N. (del latín: Nomen nescio «desconozco el nombre») N.N. puede ser un visitante ocasional del balneario, pero también el doble o sosias de Lorenzo con el que mantiene un inquietante diálogo.
Fernando y Rosa deciden casarse. Tras un tiempo viviendo en pareja viene el divorcio. Durante muchos años dejan de verse, nada sabe el uno del otro.
A la vuelta de los años, ambos coinciden en una residencia de ancianos, pero no se reconocen. En la residencia son atendidos, primero por Margarita, una asistente social, y después por Carmen, una enfermera.
En las largas hora que pasan allí hablan de su pasado, les cuesta reconocerse, aunque a veces lo hacen, analizan su vida como algo que pasó hace años, con una mezcla de tristeza y conformidad.
Un hombre prepara el viaje soñado: una escapada definitiva a las playas del Caribe donde espera vivir rodeado de lujos y placeres de todo tipo.
La acción entre los años 1936 y 1940 en un imaginario lugar de España (aunque el país no se cita en la obra).Cuatro personas, dos parejas (Víctor y Luisa, Gonzalo y Carmen), amigos entre sí, se encuentran disfrutando de una aparentemente grata velada en fiesta de cumpleaños. La música de Wagner sirve de fondo a la reunión. Intervine “El Cuidador”, un ambiguo personaje, en unos momentos autoritario y en otros paternalista, que desecandena la tragedia: una Guerra Civil. En una guerra civil se enfrentan amigos y familiares. Las creencias, las posiciones políticas, hacen que las relaciones de pareja y de amistad entre los cuatro personajes se quiebren. Se separan, alguno desaparece bajo el ruido de unos disparos. Víctor, sin recordar cómo, ha cruzado la frontera y aparece asilado “al otro lado de la frontera”. Allí le encuentra “El Visitante” que le lleva, en una pequeña maleta, lo que quedó de su vida: unos papeles, simples recuerdos que lo que ya no se podrá recuperar.
En un parque (el del Retiro, de Madrid) dos imaginarios personajes dialogan sobre su pasado en pareja y el valor de los recuerdos.
Obra publicada en el libro digital “En los jardines del Retiro con fotografías de Juan Ortiz de Mendívil: La foto “Bancos” fue la base para el texto de la obra
En un «ciber», un hombre cree haber conquistado a una mujer en un «chat». La sorpresa llega cuando conecta el audio en el ordenador.
Se trata de un alegato contra las guerras. El mimo sale a escena. Viste de blanco pero en la ropa lleva machas rojas. Se acerca al proscenio y otea el patio de butacas pero parece que no ve a nadie. Intenta sonreír, sin embargo el gesto pronto se traduce en una mueca de amargura: por las mejillas, color albayalde, se derraman dos gotas de lágrimas negras como un tizón.
Un hombre viejo, sentado en el malecón de un puerto de mar, habla con un imaginario acompañante. Momentos de dramatismo y a un tiempo de esperanza.
El mundo ha terminado. Solo los personajes han quedado vivos en un búnker e intentan rehacer la vida. La lucha por el poder se desencadena por parte de un "líder" y hay un enfrentamiento contra la dictadura que el líder intenta imponer.
La obra intenta ser una crónica actual (1998) vista desde el año 2010. La frase que da título a la obra fue pronunciada según contó un juez por un joven compañero el primer día que visitó el palacio de justicia donde en sus archivos se guardan en expediente las historias que no deseamos ver: la violencia, física y psíquica; la institucional, la política y la laboral; prescindiendo el clásico "conflicto" en el teatro, se dramatizan escenas tomadas de hechos reales contados en los periódicos.
Gran hombre y Pobre hombre son los únicos habitantes de la tierra. Luchan por el poder. Un pegote de barro simboliza el dinero, el poder, por el que luchan; y la cuchara es el elemento que puede hacer crecer tanto el capital como la miseria.
Un hombre se ha quedado a vivir en una estación del metro madrileño, hastiado por lo que conoce de la calle y por la incomunicación que percibió al encontrarse con un compañero de trabajo. Una mujer entra, pierde el tren y, entre tanto, habla con el hombre. Ella le anima a salir, esconderse no vale de nada, hay que intentar arreglar las cosas desde arriba, desde la calle.
El que a un oscuro empleado le llamen Kafka en la empresa multinacional donde trabaja, no es más que una anécdota para llevar al escenario un ambiente laboral de finales del segundo milenio. Saber que los ejecutivos disponen de coche, teléfono móvil, apartamento en la playa, chalet en la sierra, que viajan con frecuencia al extranjero y que tienen comidas de trabajo en lujosos restaurantes, nos hace olvidar que tras ello hay una vida condicionada por métodos de producción a veces inhumanos y que alienan al ser humano. Puede parecer "teatro social" o "teatro político", pero con este monólogo se ha intentado llevar a las tablas una realidad, aunque envuelta en máscaras, luces y sonidos.
Una mujer mayor y soltera siente la frustración de un pasado anodino. Toma la decisión de cambiar... aunque pueda ser tarde.
En esta obra se pretende llevar a escena el problema de la emigración e inmigración. La acción se sitúa en un país “más al norte” de los países pobres, en ella intervienen dos hombres que, por carecer, carecen hasta de nombre.El conflicto, además de plantear el de unas leyes que discriminan a “los sin papeles”, simbolizadas por quien las hace cumplir, surge por las dudas de uno de ellos, ante la posibilidad de conseguir un precario trabajo a cambio de denunciar a otro. Los intentos de algunos para ayudar a los inmigrantes no dan resultado inmediato y son devueltos a su país, aunque mantienen la esperanza de volver.
Una familia de economía "media-alta" han mudado su vivienda desde el centro de la ciudad a una urbanización de las afueras. El padre pasa el tiempo ocupado con su trabajo de ejecutivo, la hija ha llegado a la edad de ser independiente y la madre, que se siente sola, se plantea cambiar de vida. Por teléfono conoce a alguien que le hace soñar e imaginar una vida más atractiva que la de "señora de la casa".
En un breve espacio de tiempo (de diez a diez y cuarto de la mañana) pasan por la mente de un hombre, recluido en una residencia de ancianos, los hechos más importantes de su vida: matrimonio, separación, trabajo, desempleo, convivencia con unos mendigos y, como fondo de todo ello, la causa de su reclusión: haber lanzado su automóvil contra el “Jefe de Recursos Humanos” de la empresa en la que trabajaba.La reflexión intenta exponer que el ser humano no controla totalmente su vida, sino que depende de otros y de circunstancias ajenas a él. Por mucho que se rebele contra los dioses actuales (dinero, poder...) se verá inevitablemente arrollado por los acontecimientos.
Juan, un hombre de buena posición social y económica, decide disfrazarse de pobre y salir a la calle. El hombre, en cinco imaginarios espacios escénicos, juega a hacer de pobre y comprueba las reacciones de los demás.
Un periódico sale a la venta con sus páginas totalmente en blanco, las noticias han desaparecido. En la ciudad todos se preguntan lo mismo: ¿Dónde están las noticias? Los satélites y torres repetidoras, los ordenadores, no funcionan; los teletipos se han detenido y han colgado un letrero anunciando que están fuera de servicio, nadie sabe lo que ocurre. Solo dos chicos ocultos en un extraño laboratorio conocen la respuesta a esta singular pregunta.
Un hombre revisa su pasado a través de una vieja agenda que encuentra. Como en un sueño, van llegando ante él las personas que pasaron por su vida en el pasado. Plantea metafísicamente el tema del tiempo y, psicológicamente, el del amor y la amistad.
Un hombre lleva una vida metódica y ordenada hasta que un día, cansado y angustiado de tanto rigor, decide desaparecer.
Un parto. El protagonista es el niño que nace. Durante breves instantes tiene ocasión de observar el mundo que le espera; no le gusta y decide volver al lugar del que salió.
Dos hombres, Ignacio y Pedro, esperan en la habitación de un lugar perdido en el monte a que les den la orden sobre lo que deben de hacer con otro al que tienen secuestrado. Uno de ellos es más joven que el otro y surgen en él las dudas sobre la acción que debe llevar a cabo, pero también el impulso de hacerlo basado en supuestos ideales. Ambos ignoran el tiempo que lo deberán tener retenido y si al final lo tendrán que matar o no.
Por un fallo del ascensor, los personajes se quedan encerrados toda la noche en unos grandes almacenes. Según pasan las horas cada uno se va manifestando como realmente es, no como aparenta. Pese al encierro involuntario, llegan a un momento de plena libertad
Un puente simbólico separa socialmente a los hombres y a la vida de la muerte. Pese a las dificultades y obstáculos siempre queda una esperanza.
NOTA: “Todos los datos han sido aportados por los/as autores/as, por lo tanto, la AAT no se responsabiliza de su veracidad”.


