Rosalía y Mario acaban de romper su relación de pareja. Durante la despedida, mientras se reparten las cosas de cada uno, Rosalía descubre que Mario lleva años engañándola con otra mujer. La tensión del momento y el trastorno explosivo intermitente que, según su psicólogo, sufre Rosalía, hacen que esta “explote” y le exija a Mario que le devuelva todo lo que es suyo. Y cuando dice todo quiere decir TODO, hasta el riñón que le donó para salvarle la vida.
Mario piensa que se trata de una broma, claro. Asume que Rosalía no está muy bien de la cabeza, pero de ahí a exigirle que le devuelva el riñón… Sin embargo, el cinismo y la desfachatez de Mario, unidos a que Rosalía descubre que este le engañaba con su mejor amiga, Susana, hacen que Rosalía deje salir el monstruo que lleva en su interior —adormilado gracias a la química de las pastillas— y reduce y secuestra a Mario para extirparle ella misma el riñón. Su riñón.