Las Puertas del Drama

Drama59 Portada

Las Puertas del Drama
teatro breve
Nº 59

SUMARIO

Presentación

TEATRO BREVE

Socio de honor

Nuestra dramaturgia

Dramaturgia extranjera

Infancia y juventud

Cuaderno de bitácora

Reseñas

Rodolf Sirera: más de medio siglo escribiendo para la escena

Ramon X. Rosselló

Universitat de València

ACERCARSE A RODOLF SIRERA EN TRES ETAPAS

La trayectoria de Sirera (València, 1948) como autor teatral dio comienzo a finales de los años sesenta del siglo pasado y, aunque su dedicación a la escritura de textos originales ha tenido momentos de mayor o menor intensidad, esta se ha mantenido activa hasta el día de hoy ––justo en el momento en el que cerramos este artículo nos llegan noticias sobre nuevas piezas. Estamos hablando, por tanto, de una obra extensa, en la que al lado de piezas largas vemos un buen número de textos breves, junto a incursiones puntuales en el teatro musical, para títeres, para público infantil o en la danza. Asimismo, el ejercicio de la traducción, versión y adaptación ha ocupado un espacio importante en la carrera de nuestro autor. No olvidemos, además, que parte de su escritura fue llevada a cabo junto a su hermano, Josep Lluís Sirera (València, 1954-2015), constituyendo un tándem autorial a lo largo de varias décadas. Pero no solo nos encontramos ante un dramaturgo sino que su actividad inicial se centró en otros ámbitos del sistema teatral y, con posteriodad, en la escritura audiovisual.

Además de los muchos premios obtenidos por obras individuales, esta trayectoria, después de las dos primeras décadas, comenzó a ser reconocida. En 1991 recibe el premio Sanchis Guarner de la Diputació de València al conjunto de su producción literaria, en 1997 se le concede el Premi Nacional de Teatre de la Generalitat de Catalunya por Maror pero también por su contribución como dramaturgo a la dignificación y renovación de la literatura dramática catalana actual y en 2003 es el autor homenajeado en la XI Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos. En los últimos años ha recibido el Premio de Honor de las Artes Escénicas de la Generalitat Valenciana (2019) y el Premio de Honor de la Asociación de Empresas de Artes Escénicas del País Valenciano (2020). Fuera del ámbito lingüístico catalán, las obras de Rodolf Sirera han tenido también una destacada difusión a partir de la traducción de sus textos a dieciséis lenguas, un proceso que se inicia especialmente a partir de los primeros años ochenta y con El verí del teatre como protagonista. Entre los idiomas en los que se ha podido conocer el trabajo de Sirera destacan el castellano, con veinticuatro textos, y el francés, con once. Estas traducciones han sido sobre todo editadas, pero también objeto de lecturas dramatizadas o han sido llevadas a escena, de manera singular El verí del teatre, montado en múltiples países y en once lenguas distintas. Junto al reconocimiento institucional y del sector teatral, cabe destacar la atención que la obra de Sirera ha despertado en los investigadores, en especial desde la última década del siglo pasado. En la extensa lista de publicaciones dedicadas al autor, disponemos de estudios colectivos centrados en parte o globalmente en su obra y de una monografía (Pérez González 1998) que aborda las que aquí consideramos sus dos primeras etapas.1

1. Sirera en tiempos del teatro independiente valenciano

En esta etapa, que coincide inicialmente con el periodo de estudios universitarios, comienza la actividad teatral de Sirera con la creación del Centre Experimental de Teatre (1968-1972) y, posteriormente, El Rogle (1972-1976), en un momento de tránsito del teatro de cámara al teatro independiente (Rosselló 1997 y 2010a). Estamos, por tanto, ante un dramaturgo surgido de la práctica escénica, ya que lo veremos también actuando y dirigiendo. En estos primeros años destaca un hecho trascendental como fue la asunción del catalán, en su variedad valenciana, como lengua para la escena, con la obra La Pau (retorna a Atenes), escrita en 1969 y estrenada en 1970. A continuación vino Homenatge a Florentí Montfort (1971), primera pieza preparada con Josep Lluís Sirera, que El Rogle estrena en 1972.

Aparte de la escritura de textos originales, asistimos a un trabajo intenso de versión y adaptación, del que surgen dos textos estrenados por El Rogle en 1973: Peret o els miracles de l’astúcia y Tres forasters de Madrid, versión libre de Josep Lluís Sirera, adaptada para la escena por Rodolf Sirera, a partir del texto de Escalante. Este montaje, según afirmaba Monleón (1974: 58), obligaba «a hablar de una nueva etapa del «teatro valenciano»». Este periodo de actividad escénica se cierra con Memòria general d’activitats (1976), un trabajo colectivo de El Rogle con dramaturgia de Sirera (Rosselló 2011). Asimismo, encontramos la primera de las trilogías escritas con su hermano, La desviació de la paràbola, iniciada con El brunzir de les abelles, estrenada por El Rogle en 1976, El colera dels déus, premio Carlos Arniches de Alicante 1976, y El capvespre del tròpic, premio Ciutat d’Alcoi 1977. Desde lo que podríamos decir la iniciativa propia, y como primera pieza totalmente en solitario, encontramos Plany en la mort d’Enric Ribera (1972), texto galardonado con el premio Ciutat de Granollers ese mismo año. Dentro de su escritura más personal, nos ofrece también un primer conjunto de piezas breves escritas entre 1974 y 1975.2

Tres forasters de Madrid, 1973
Tres forasters de Madrid, 1973. Fotografía: Pau Barceló. Fuente: CDAEM.

Además de los montajes valencianos, destaca la primera escenificación que se hizo en Cataluña a partir de Plany en la mort d’Enric Ribera, obra publicada en 1974, en edición bilingüe, en Pipirijaina Textos, que recibió el premio Serra d’Or de la Crítica 1975. La producción, estrenada en 1977 por Teatre del Celobert, ​​con dirección de Joan Ollé, obtuvo el premio Ciutat de Barcelona 1978. Una segunda obra se estrena en Barcelona en 1978, El brunzir de les abelles, a cargo de L’Ou Nou y dirección de Joan Bas. Esta es una muestra de la buena acogida que Sirera obtuvo en Cataluña, reflejada también en la publicación de textos. Así, desde 1972 se inicia su difusión en la colección El Galliner de Edicions 62, con Homenatge a Florentí Montfort, a la que siguieron La Pau (retorna a Atenes) (1975), Tres variacions sobre el joc del espejo (1977), que reúne diferentes piezas breves, y al año siguiente Memòria general d’activitats. Desde València, la editorial Tres i Quatre da a conocer la obra de los Sirera: La farsa de Misser Pere Pathélin (1973) y los textos de la primera trilogía. De hecho, El brunzir de les abelles inicia la colección Tres i Quatre Teatre en 1976 –premio Serra d’Or 1977–, en 1979 se edita El còlera dels déus y en 1980 El capvespre del tròpic –premio València de la Crítica 1981.

Pero no olvidemos que toda esta actividad, entre 1971 y 1979, se acompaña del ejercicio de la crítica y la reflexión teatral para publicaciones valencianas (Gorg, Cartelera Turia, La Marina y Valencia Semanal), pero también para Destino, Serra d’Or y Primer Acto. En este momento de cambio de etapa encontramos, además, las aportaciones de Sirera a la planificación teatral, a partir de su participación en el Congrés de Cultura Catalana y en el volumen L’autonomia del País Valencià i la seua plicació pràctica, publicadas ambas en 1978.

2. Sirera en tiempos de la institucionalización cultural

Una segunda etapa da comienzo durante la Transición, cuando el protagonismo lo asumen tanto la escritura como la gestión cultural en diversos niveles de la administración valenciana, en unos años en los que asistimos a la transformación del sector teatral. Así pues, a raíz de las elecciones municipales de 1979, que propician una mayoría de izquierdas en la Diputació de València, Sirera inaugura un primer período como gestor teatral en esta institución. Un segundo período se vincula a la Generalitat Valenciana, ya que entre 1984 y 1988 es jefe del Servicio de Música, Teatro y Cinematografía, años en los que se crearon el Institut Valencià d’Arts Escèniques, Cinematografia i Música y el Centre Dramàtic de la Generalitat Valenciana (CDGV). En 1990 regresa al Principal de València en calidad de director gerente, cargo que desempeña hasta enero de 1993. En septiembre de ese mismo año se reincorpora a la administración autonómica como jefe del Servicio de Promoción Cultural y Medios Audiovisuales, puesto que ocupa hasta octubre de 1995.

Respecto a la escritura de textos originales, esta etapa se inicia con varias piezas escritas en solitario de forma simultánea: Arnau (1978), inspirado en el poema El comte Arnau, de Josep M. de Sagarra, premio Ignasi Iglésias de la Diputació de Barcelona 1978, L’assassinat del doctor Moraleda (1978) y El verí del teatre (1978), un encargo de Televisión Española en Cataluña para la serie Lletres Catalanes. Siguieron nuevos encargos como Bloody Mary Show (1979), montado por L’Horta Teatre en 1983, con dirección de Juli Leal, un director muy presente en la carrera de Sirera. La primera de la classe (1984), en versión original y también en traducción castellana de Marina Navarro, es estrenada por el Teatre Estable del País Valencià en 1986. Con esta obra, según Gallén (1999: 70), se retoma el contacto con la escena catalana, ya que es montada en 1988 por Teatre de Barcelona. Posteriormente, vino Funció de gala (1985), que adaptada en dos actos fue estrenada por el CDGV en 1990.

Bloody Mary Show con dirección de Juli Leal, 1983
Bloody Mary Show, con dirección de Juli Leal, 1983. Fuente: lhortateatre.com

Aparte de la edición bilingüe de Plany en la mort d’Enric Ribera (1974), la difusión de la escritura de Sirera fuera del ámbito de la lengua catalana tiene un primer hito en el montaje de El veneno del teatro, a cargo del Centro Dramático Nacional. El espectáculo, dirigido por Emilio Hernández a partir de la traducción de José María Rodríguez Méndez, se estrenó en el Teatro María Guerrero en 1983, se repuso en 1985 e hizo gira en 1986. Además, se emitió en el segundo canal de Televisión Española en la serie La voz humana (1987) y el texto fue editado en 1985.

En este período encontramos una segunda trilogía escrita con Josep Lluís, Trilogia de les ciutats, formada por Cavalls de mar (1986), premio Teatre Principal de Palma 1988, La partida (1989) y La ciutad perduda (1993), galardonada el mismo año con el Born de Ciutadella. De 1987 es Indian Summer, un texto destacado en la trayectoria de nuestro autor, que junto a Cavalls de mar impulsan la línea del teatro más experimental. Indian Summer da lugar a una coproducción del Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas y de los centros dramáticos de la Generalitat de Catalunya y de la Generalitat Valenciana, bajo la dirección de Guillermo Heras (1991). La obra fue reconocida en 1992 con el premio de la Generalitat Valenciana al mejor texto estrenado. Las piezas largas para adultos se acompañan de otros formatos como dos libretos de ópera –El príncep (1984) y, con Josep Lluís Sirera, El triomf de Tirant (1991)– o la obra para niños La princesa del desert, incluida en el volumen de Manel Cubedo y Rodolf Sirera, El teatre a l’escola (1991).

En estos primeros años noventa continúa la atención desde Cataluña, ya que la Compañía Flotats estrena en 1992 un montaje de Cavalls de mar, bajo la dirección de Josep M. Flotats, y al año siguiente ofrece El verí del teatre, en este caso dirigido por Orestes Lara. Como resultado de una ayuda a la creación del Centre Dramàtic de la Generalitat de Catalunya (CDGC) Sirera escribe La caverna, publicada en 1995. Finalmente, el CDGC produce la pieza Maror (Les regles del gènere), estrenada en 1996 en el Teatre Romea bajo la dirección de Joan Lluís Bozzo. Además, en esta etapa se mantiene la presencia de textos de Sirera en Edicions 62, con el volumen que reúne L’assassinat del doctor Moraleda y El verí del teatre (1978), Bloody Mary Show (1980) –premio Serra d’Or 1981–, La primera de la classe (1985), El príncep/Històries de desconeguts (1986), Cavalls de mar (1988) –premio Serra d’Or 1989– y Maror (1995). También se incluyen textos del período anterior como Plany en la mort d’Enric Ribera (1982) y El brunzir de les abelles (1983). Asimismo, Tres i Quatre sigue difundiendo la escritura de los Sirera, con Funció de gala (1987), el volumen Tres farses populars sobre l’astúcia (1987), Revistes valencianes (1990) y La ciutat perduda (1994) –premio dels Escriptors Valencians. En estos años se pone en marcha la colección teatral de Bromera, que a partir de ese momento también dará a conocer parte de la producción de Sirera, como ocurre con Indian Summer (1989).

Junto a la escritura de textos originales, durante estos años se encarga de la traducción y versión de diferentes obras, como la versión libre de La dama del mar (1980), de Ibsen, para Teatres de la Diputació, y la traducción de El jardí dels cirerers (1984), de Chéjov, para el Instituto Shakespeare. Para el recién creado CDGV, lleva a cabo la traducción de L’home, la bèstia i la virtut, de Pirandello (1988), la traducción y versión de El mussol i la gata, de Bill Manhoff (1989) y la traducción, junto a Empar Jiménez, de Estimat mentider, de Jerome Kilty (1991). Con Fernando Gómez Grande, Sirera traduce diversos textos de autoría francesa, recogidos en el volumen Teatre francès contemporani (Tres i Quatre, 1993). También durante estos años asistimos a dos encargos de la productora de Juan José Seoane, estrenados en el Teatro Alcázar de Madrid: El canto de los cisnes, una versión libre de Comedia a la antigua, de Aleksei Arbuzov, para la Compañía Amparo Rivelles/Alberto Closas, representada entre 1993 y 1994, y la traducción y versión de Los padres terribles, de Jean Cocteau, para la Compañía Amparo Rivelles/Nati Mistral (1995). Se acerca, asimismo, al mundo de la danza de la mano de Ananda Dansa, participando como dramaturgo en Pol de gel (1993) y Frankenstein (1997).

Mientrastanto, sigue su difusión en castellano con nuevas piezas editadas: Indian Summer (1991 y 1992), La primera de la clase (1993) y Caballos de mar (1993). En esta etapa, además, comienza la presencia internacional, con una difusión significativa en francés, a partir de traducciones de El verí del teatre desde 1983, escenificado por primera vez en 1985, de Bloody Mary Show, estrenada en 1987, y de Indian summer, editada en 1995. El verí del teatre, además, se traduce al inglés (1987), al italiano, por primera vez en 1990, y al polaco en 1992.

Encontramos, también, dos aportaciones –realizadas con Josep Lluís– a la difusión del repertorio valenciano, con Teatre, de Faust Hernández Casajuana (1993) y Teatre original complet, de Eduard Escalante (1995). Pero junto a su dedicación al mundo de la escena, en estos años de puesta en marcha de los medios públicos de radiotelevisión en distintos territorios, nuestro autor inicia una nueva faceta como escritor audiovisual. Toda esta trayectoria, sin duda, motivaba las palabras de Ragué-Arias (1996: 176) sobre Sirera como «la figura más importante del teatro valenciano contemporáneo».

El veneno del teatro, con dirección de Emilio Hernández, 1933. Fuente: CDAEM.

3. Entre la escritura teatral y el guion televisivo

Alejado de la primera línea de la gestión y con el cambio de gobierno en las instituciones valencianas, en esta etapa cobra protagonismo la escritura para televisión. Así pues, vemos a Sirera como guionista de Herència de sang (1995-1996) –primera telenovela de Canal 9– y de A flor de pell (1997). Además, colabora con Josep M. Benet i Jornet en Nissaga de poder (TV3, 1996-1998). Esta actividad se amplía a medios de ámbito estatal, puesto que entre 1996 y 1999 es jefe de guiones de El Súper (Tele 5). Ya en el nuevo siglo, sigue escribiendo para TV3 pero también para TVE: entre 2005 y 2012 es argumentista, junto a Benet i Jornet y Antonio Onetti, y coordinador de guiones de Amar en tiempos revueltos. Con posterioridad, coordina los guiones de diferentes adaptaciones: La catedral del mar (Antena 3, TV3 y Netflix), La sonata del silencio (TVE) y Los herederos de la tierra (Antena 3, TV3 y Netflix), esta última estrenada en 2022. En 2017, a partir de un argumento propio elaborado con Josep Lluís Sirera, dirige los guiones de Parany (À Punt, 2019).

Con el cambio de siglo, además, lo vemos involucrado en distintas asociaciones u órganos de representación, como en las juntas directivas de la SGAE (2001-2011) o de la Asociación de Autores de Teatro (2002-2014) y como miembro del Consejo del Teatro del INAEM (2002-2004). Asimismo, es miembro fundador de la Academia de las Artes Escénicas de España y vocal de su Junta Directiva entre 2014 y 2017, a la cual vuelve en 2022. Entre 2019 y 2023 forma parte de la Junta Directiva de la Academia Valenciana del Audiovisual.

Desde el punto de vista teatral, estos son años de transformación del ecosistema escénico, con una pérdida de peso del teatro público a favor de las compañías privadas y la aparición de nuevas promociones de autores. En este contexto, en el que los nuevos responsables del teatro público no muestran interés por la escritura de Sirera, comprobamos que esta se caracteriza por cierta intermitencia. Así, y después de un paréntesis de cuatro años, vuelve a ofrecer textos originales: Punt de fuga (1999) y las piezas breves Falta (1998) y L’última cinta (1999). Asistimos también a una nueva trilogía, Europa en guerra, iniciada con Silenci de negra (2000). Como encargo de Publicacions del Museu Internacional de Titelles d’Albaida, surge La mirada de l’alquimista, editada en 2001 en Umbracles –premio de la Crítica dels Escriptors Valencians 2002 y finalista en el Premio Nacional de Literatura Dramática. Escrita también con Josep Lluís, encontramos El dia que Bertolt Brecht va morir a Finlàndia (2003), estrenada en 2006 por la Universitat de València. En los inicios del nuevo siglo, además, los hermanos se plantean una nueva versión de La partida (2003) y la segunda entrega de la trilogía: Benedicat (2005).

Un nuevo contacto con el teatro catalán tiene lugar con Raccord, obra escrita dentro del proyecto T6 del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), estrenada bajo la dirección de Carme Portaceli en 2005. La pieza, editada ese mismo año, fue premio de la Crítica dels Escriptors Valencians 2006 y premio Max al mejor texto dramático en catalán. Como parte del proyecto «L’alternativa dels 70», organizado por la Coordinadora de Sales Alternatives de Catalunya, encontramos un nuevo montaje de El verí del teatre, con dirección de Agathe Alexis, a raíz del cual obtiene en 2007, de nuevo, el premio Max.

Raccord con dirección de Carme Portaceli (2005)
Raccord, con dirección de Carme Portaceli (2005). Foto: Teresa Miró/TNC. Fuente: tnc.cat.

Una pieza inédita que simboliza un segundo momento sin continuidad es Autonòmics (2004-2012). Son años que el autor caracteriza como «travesía del desierto» (Sirera 2011), durante la cualmantiene una presencia destacada como traductor y versionador. Así, participa en cuatro espectáculos de la compañía La Pavana, dirigida por Rafa Calatayud: El miracle d’Anna Sullivan, de William Gibson (2001) y L’home invisible, obra inspirada en la novela del mismo título de H. G. Wells, estrenada en 2014. Las otras dos fueron las versiones de Hedda Gabler, de Ibsen, estrenada en 2004, y la de Una jornada particular, de Ettore Scola y Ruggero Maccari (2011). El otro director con el que trabaja regularmente es Carles Alfaro. Una primera colaboración se concreta en la adaptación de La caiguda, de Albet Camus, una producción de 2002 del TNC y Moma Teatre, que recibió múltiples reconocimientos.También Alfaro dirige la traducción de Sirera de ¿Qué pasó, Wanoulelé?, de Layla Nabulsi, estrenada en el Centre de Arts Escèniques de Salt en 2007. Además, se encarga de la versión, a partir de las propuestas dramatúrgicas de Alfaro, de Tío Vania, de Chéjov, una producción del Centro Dramático Nacional, estrenada y editada en 2008. La siguiente colaboración es L’estranger, de Camus, con adaptación de Alfaro y Sirera, una coproducción de El Canal-CAE Salt/Girona y el Teatre Lliure –premio Max 2014 a la mejor traducción o adaptación. Y, finalmente, Vània, traducción de la versión de Alfaro de Tío Vania, de Chéjov, una producción de Moma Teatre y Teatros del Canal, estrenada en 2016. Acompañado de Gómez Grande, traduce Diktat, de Enzo Corman, llevado a escena en Barcelona en 2004, y Art, de Yasmina Reza, producción de 2011 a cargo de Albena Teatre. Su última traducción ha sido La teua mà en la meua, de Carol Rocamora, estrenada por L’Om Imprebís –premio a la mejor versión, traducción o adaptación de las Artes Escénicas Valencianas 2022.

Será ya durante la segunda década del siglo cuando Sirera recupera la creación de nuevos textos: Trio (2012), obra producida en 2017, y, como resultado de su participación en el Torneig de Dramatúrgia, Plagi (2014), a partir del cual realizará una versión ampliada que se estrena en 2019. En 2015 asistimos a un nuevo texto con Josep Lluís París, anys 60, producido en 2016 por la Universitat de València. Esta será la última pieza escrita de principio a fin con su hermano, aunque veremos en Dinamarca (2019), texto que cierra la última trilogía, la clausura definitiva a los procesos de escritura conjunta. La pieza es llevada a escena por el Institut Valencià de Cultura (IVC), bajo la dirección de Alfaro, un montaje que obtiene un reconocimiento amplio en 2020 a través de varios premios: el Serra d’Or, el de la Cartelera Turia, el de la Asociación de Críticos Valencianos, el Max a la mejor autoría teatral y el premio al mejor texto de las Artes Escénicas Valencianas. Las últimas piezas han sido la comedia musical Tic-tac, escrita con Carles Alberola y Pasqual Alapont, producción del IVC estrenada en 2017, la cual consigue el Max a mejor espectáculo musical. Y Supervivents (2019), un drama de familia inédito. También durante el nuevo siglo escribe algunas piezas breves, la última de ellas el monólogo Matinada para Presoners (2020), montaje de Albena reconocido como mejor texto en los Premios de las Artes Escénicas Valencianes 2021. En 2022 se encarga de los textos para Kabul, espectáculo de danza creado por Rosángeles Valls.

Siguen en esta etapa las reposiciones de El verí del teatre y numerosas reediciones por parte de Edicions 62, además de publicaren 1999 Punt de fuga –premio de la Crítica de la AELC Jaume Vidal Alcover (2000). Aunque serán las editoriales valencianas las que darán a conocer la obra de Sirera en estos años. Así, Tres i Quatre publica las dos primeras piezas de la nueva trilogía: Silenci de negra (2000) –premio de teatro en los galardones de la Crítica del IIFV (2001)– y Benedicat (2006). Después será Bromera la que asuma el protagonismo, con El triomf de Tirant (2000), la nueva versión de La partida (2005), Trio (2015) –premio de la Crítica dels Escriptors Valencians 2016– y un volumen con Dinamarca y Plagi (2019). Los dos textos que se vincularon a la Universitat de València se publican en la colección Teatro Siglo XXI de esta universidad en 2006 y 2019. También continúa la edición de textos al castellano: Maror (1998), Punto de fuga y Silencio de negra en 2002, La mirada del alquimista, con edición digital de 2003, La caverna (2005), Trío (2013),publicada junto a El veneno del teatro, y Dinamarca (2020).

Asimismo, siguen los montajes en castellano de El veneno del teatro, entre los que destaca la coproducción de los Teatros del Canal, Maipo Arte Joven Internacional de Buenos Aires y Concha Busto Producción y Distribución, estrenada en 2012 en Madrid y en 2013 en Buenos Aires. Con anterioridad, la pieza se había estrenado en Venezuela (1992), Argentina (1997), Puerto Rico (2001), México (2003) y, posteriormente, Nueva York (2021). También se intensifica la difusión de su obra a otros países, con traducciones al francés, entre otras, de La primera de la classe, Maror, Silenci de negra, Raccord, Benedicat, El dia que Bertolt Brecht va morir a Finlàndia y Plagi. Contamos, asimismo, con traducciones al italiano de Funció de gala y La mirada de l’alquimista y en inglés encontramos Raccord. En griego se escenifican o editan El verí del teatre, Indian Summer y Maror. El verí del teatre, además, se traduce al portugués, al gallego, al eslovaco, al croata, al húngaro, al búlgaro, al turco, al japonés, al estonio y, finalmente, al chino.3

SOBRE FORMAS Y TEMAS EN LA OBRA DE SIRERA: ENTRE LA DIVERSIDAD Y EL COMPROMISO

No es fácil reducir una producción tan extensa a un conjunto de características, y no solo porque hablamos de más de cincuenta años de escritura sino porque, como hemos visto, en un mismo momento Sirera ofrece una diversidad de piezas. A pesar de ello, se constatan diferencias entre las etapas, como el hecho de que en la primera encontramos una mayor atención a la historia valenciana y la voluntad de hacer una lectura de cómo se había llegado a la situación presente. Así, las obras se acercan al siglo XIX, con Homenatge a Florentí Montfort y desde el teatro histórico de la primera trilogía –ubicada entre 1868 y 1902–, o a la Guerra Civil y la posguerra con Plany en la mort d’Enric Ribera. En este período se observan relaciones con dos modelos característicos de la dramaturgia del momento: el teatro épico y el teatro documento. En el segundo caso encontramos un acercamiento singular (Rosselló 2010b), ya que no se da un ejercicio literal sino más bien una imitación irónica a partir de personajes de ficción y la creación de documentos. Además, durante los primeros años setenta asistimos a un importante trabajo de reescritura, en sus diferentes modalidades, con el objetivo de crear un teatro popular, el cual fue caracterizado por Sirera como «de urgencia» (Cabal 2009: 224). En paralelo, Sirera nos ofrece propuestas de carácter innovador: Plany en la mort d’Enric Ribera, que investiga con las formas musicales, Memòria general de activitats, con conexiones autobiográficas (Rosselló 2011), o las diversas piezas breves, donde metateatralidad y intertextualidad se convierten en elementos claves que reencontraremos en la escritura posterior. Así pues, se percibe ya una clara diversidad en la escritura de Sirera, que se mueve entre una producción más experimental y otra más accesible para un público amplio, que desempeñará un papel importante en el proceso de consolidación de un nuevo teatro valenciano.

En la segunda etapa continúa esta heterogeneidad de modelos, como ponen de manifiesto ya sus primeras obras: El verí del teatre, con dos personajes, espacio único y tiempo real, y L’assassinat del doctor Moraleda, texto que experimenta con las formas del relato teatral mediante una estructura espaciotemporal compleja y diferentes mecanismos para mostrar el pasado. Eso sí, ambas abandonan los referentes locales para situarse en el París previo a la Revolución o en las luchas coloniales a finales del siglo XIX. Pero Sirera también trabaja en obras marcadas por las conexiones autobiográficas, de carácter más innovador, como vemos en Indian Summer (Rosselló 2013), ubicada en el presente, o La caverna, en la que se nos traslada al siglo XIX. Experimenta, además, con diversos géneros, como el cabaret, la comedia y la intriga, con Bloody Mary Show, La primera de la classe, Funció de gala o Maror, con la voluntad de revisitar un teatro de repertorio. Aunque  tampoco deja de lado la mirada sobre nuestra historia, en esta ocasión en torno a la Guerra Civil, con una segunda trilogía, a la que los hermanos Sirera incorporan nuevos recursos que suponen un cambio rotundo respecto a los planteamientos de la primera.

A lo largo de la tercera etapa seguimos encontrando un abanico de propuestas. En un primer momento con piezas poco convencionales, como Punt de fuga o Raccord, en las que se ensayan mecanismos constructivos que nos sitúan de nuevo en los límites el relato teatral. Pero también con textos más accesibles, como Autonòmics, Trio, Plagi o Supervivents. Y, asimismo, tenemos un nuevo acercamiento histórico con la tercera trilogía, centrada ahora en la Europa de la Segunda Guerra Mundial, aunque discursivamente conectada a nuestra realidad. En esta ocasión, los hermanos Sirera lo harán a partir de ciertos recursos formales que suponen ya una marca propia, caracterizada por estructuras con dos niveles temporales, por el uso de la retrospección y por la intriga o la sorpresa.

En todo ello, y pese a la opción de enmarcar a menudo las piezas en un tiempo pasado, se percibe un gusto por la ficción, ya que los Sirera despliegan toda una invención de personajes, historias e incluso lugares. Pero más allá del tiempo como marco concreto de las ficciones, el tiempo como elemento estructural y como motivo –el tiempo del relato y el tiempo de la vida (Rosselló 2005)–, es un elemento central en su escritura. Así, las manipulaciones temporales de todo tipo hacen acto de presencia a la hora de construir las obras, y no sólo en las piezas formalmente más rupturistas. A este elemento se vincula otro, aún más globalizador, el de la manera de relatar, con recursos múltiples, no solo espaciotemporales sino de punto de vista, de focalización, con la inclusión de narradores internos o de espacios mentales, también en torno a las conexiones o transiciones entre secuencias. O con la interrelación de niveles ficcionales, donde se da acceso a otros lenguajes artísticos. En ese sentido, Pérez Rasilla (2003: 125) señalaba que «algunos de sus textos dejan ver con claridad las posibilidades que ese contagio musical ofrece a la hora de presentar la historia». Recordemos que la primera obra en solitario –y una de las más relevantes de Sirera y del teatro del período– nos sitúa ante una biografía de ficción que rechaza el relato mostrativo para experimentar con el lenguaje musical, ensanchando las fronteras al lenguaje dramático. El resto de su producción no deja de ser un movimiento constante e inquieto –más o menos arriesgado– en torno a los límites y a la exploración de las posibilidades de la expresión dramática. Así pues, se constata que no solo es significativo el argumento, sino cómo este nos llega: el entramado formal nos coloca ante el acceso a la historia, a lo que es sabido o no, a lo que es un secreto o se oculta… Y con ello se activan cuestiones acerca de la capacidad de acceder a la realidad o la verdad, o incluso sobre si es posible acceder a ellas, con lo cual la forma deviene contenido planteándose la coherencia o adecuación entre temáticas y recursos formales.

Una de las temáticas recurrentes en la obra de Sirera ha sido la relación del intelectual con su sociedad (Pérez González 1998: 190), a menudo planteada a partir de personajes masculinos artistas. La escritura de Sirera apela, pues, a la responsabilidad de nuestros actos (por acción, omisión o indecisión) y a las consecuencias que de estos se derivan. En ese sentido, se podría decir que estamos ante una reflexión de alcance ético, materializado en el análisis de personajes singulares en contextos concretos, donde la honestidad y la justicia se convierten en bases sobre las que indagar. Pero tampoco podemos olvidar otros temas presentes como la metateatralidad, las relaciones sentimentales y el paso del tiempo, a los que se acerca desde una mirada, más bien, pesimista o escéptica.

En este conjunto amplio de piezas, destacaríamos obras como Plany en la mort d’Enric Ribera, Indian Summer y Raccord, textos exigentes que contienen lo más significativo del trabajo en solitario de Rodolf Sirera. Pero sería injusto dejar de lado su dedicación constante, el oficio teatral, el hecho de responder a las necesidades de un sistema escénico que demanda todo tipo de propuestas de acuerdo a las circunstancias de cada momento histórico. Todo ello nos muestra su determinación por seguir aportando al mundo diverso del teatro desde una lengua minorizada, que debía repensarse para la escena a finales de los años sesenta, a la cual ha dedicado sus esfuerzos y éxitos como dramaturgo durante más de cincuenta años.

Referencias bibliográficas

CABAL, F. (2009) Dramaturgia española de hoy, Madrid, Ediciones Autor.

GALLÉN, E. (1999) «Notícia de la recepció del teatre de Rodolf Sirera a Barcelona», en GALLÉN, Enric et al., Aproximació al teatre de Rodolf Sirera, Alzira, Bromera, p. 65-74.

MONLEÓN, J. (1974) «Entrevista con Rodolf Sirera sobre el teatro valenciano», Primer Acto, 168, p. 58-61.

PALOMERO, J. et al. (2014) Actes de la III Jornada sobre els escriptors valencians: Rodolf Sirera, València, Acadèmia Valenciana de la Llengua.

PÉREZ GONZÁLEZ, R. (1998) Guia per recórrer Rodolf Sirera, Barcelona, Institut del Teatre.

PÉREZ RASILLA, E. (2003) «Las estrategias narrativas en la escritura teatral contemporánea», Cuadernos de Dramaturgia Contemporánea, 8, p. 117-128.

PUCHADES, X. (2021) «Sirera Turó, Rodolf», en Dramatea: <https://documentacionescenica.com/dramatea/ autores/autor_48/sirera-turo-rodolf> (consulta 16/04/2023).

RAGUÉ-ARIAS, M.-J. (1996) El teatro de fin de milenio en España, Barcelona, Ariel.

ROSSELLÓ, R. X. (1997) «Sobre el teatre independent valencià i la nova escriptura teatral», Caplletra, 22, p. 217-230.

— (2005) «Sobre el temps i el mar»,dins T-6, vol. 5 (16.000 pessetes, de Manuel Veiga, i Raccord, de Rodolf Sirera),Barcelona, Proa/Teatre Nacional de Catalunya, p. 9-14.

— (2010a) «Los inicios de la «nova dramatúrgia» valenciana: del tardofraquismo al estado de las autonomías», Pygmalion, 1, p. 51-70.

— (2010b) «De la recepció de models en la dictadura franquista a Plany en la mort d’Enric Ribera de Rodolf Sirera», Quaderns de Filologia. Estudis literaris, 15, p. 157-178.

— (2011) «De la creació col·lectiva a la metateatralitat: Memòria general d’activitats, d’El Rogle»,  dins Carbó, Ferran et al., La literatura davant el mirall. Ironia i metaliteratura en l’època contemporània, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, p. 129-168.

— (2013) «Els creadors de ficcions damunt l’escena: del teatre autobiogràfic a l’autobiografia escènica», Caplletra, 55, p. 175-197. SIRERA, R. (2011) Tot travessant el desert: l’autor com a adaptador. Quatre casos, Lleida, Punctum/Màster Oficial Interuniversitari d’Estudis Teatrals.

Notas

  1. El último de estos estudios colectivos es Palomero et al. (2014). Se puede consultar la bibliografía sobre Sirera en Puchades (2021).
  2. Se pueden consultar las piezas breves escritas por Sirera en Puchades (2021).
  3. Se pueden consultar los datos de edición y estreno de todas las traducciones en Puchades (2021).