Autor de teatro
A principio de los años 80 del pasado siglo existían en Extremadura iniciativas dirigidas a la búsqueda y promoción de autores-autoras de teatro. La Diputación Provincial de Badajoz a través de la Cátedra Torres Naharro, dramaturgo del siglo XV-XVI, nacido en La Torre de Miguel Sesmero, Badajoz, estableció el Premio Torres Naharro para autores noveles extremeños que logró sacar a la luz nuevas autorías regionales como las de Carrillo y Manuel, Marciano Martín Manuel, Miguel Murillo etc. También convocaba el Premio Diego Sánchez de Badajoz, otro dramaturgo nacido en Badajoz y que ejerció su carrera entre los siglos XV y XVI, llamado «padre de la comedia española» por Cervantes; este premio estaba dirigido a autores de nivel nacional. Por su parte la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura también abrió una convocatoria dentro de sus premios a la creación llamados Premios Constitución y destinada a autores teatrales. La Editora Regional de Extremadura dependiente de la Junta de Extremadura, al igual que los servicios de publicaciones de las Diputaciones de Cáceres y Badajoz, mantenían una línea de edición destinada a textos teatrales. En ocasiones se promocionaron textos de autores extremeños en revistas de carácter nacional como Pipirijaina o Primer Acto.
De aquella actividad poco se ha mantenido al día de hoy. Solamente la Federación de Asociaciones de Teatro Aficionado de Extremadura, FATEX, mantiene una convocatoria abierta y dirigida autores-autoras a nivel nacional y autores-autoras extremeños, el Premio Raúl Moreno de textos teatrales. Dicho Premio se publica gracias a la Editora Regional de Extremadura. También podemos señalar el trabajo de una editorial privada, la Luna de Mérida, que sigue actualmente publicando textos teatrales extremeños, y se ha iniciado un trabajo recopilatorio de textos que han visto la luz en el Festival de Mérida gracias a la colaboración entre el Festival, los autores y autoras y la editorial madrileña Éride Ediciones.
El 1 de diciembre de 2020 se publicaba en el Diario Oficial de Extremadura la Primera Ley de las Artes Escénicas de Extremadura. Tras un proceso largo y difícil de trabajo, consenso, colaboración y ajustes, nacía esta Ley que tiene como objetivo la normalización del sector escénico de la Comunidad. Echando un vistazo a la Ley vemos que en su Preámbulo, y como referencia histórica, se hace mención del dramaturgo Bartolomé Torres Naharro, del significado del teatro romano de Mérida y su carácter determinante en la vocación escénica de Extremadura, y en el auge que desde el siglo XX hasta nuestros días tienen las creaciones escénicas dentro y fuera de la Comunidad. Se habla del Patrimonio Escénico de Extremadura y como fundamentales se citan edificios, géneros, compañías y talentos individuales. Entendemos que la palabra autor-autora se engloba en esa forma de definir, talentos individuales. Y también a la hora de definir aspectos esenciales se habla de “creación escénica”, “dirección escénica” y “autoría intelectual”. Es la primera mención al trabajo del autor-autora que se hace en la Ley.
En el Artículo 4.º, la Ley habla de los fines que la justifican y sus objetivos y marca como uno de ellos, «fomentar la creación», sin más.
En el Artículo 8.º, la Ley define, entre otros, como Patrimonio Escénico inmaterial la dramaturgia regional.
En su Artículo 20.º, se establecen diversas medidas de fomento y apoyo a la creación escénica e incentivos para esa creación.
En todos estos apartados, que repito son los que hablan o rozan la autoría, notamos cómo la ausencia de la palabra autor-autora es patente o, en su caso, se sustituye por denominaciones como «creación escénica» «trabajo intelectual» o «dramaturgia regional». No encontramos una mención directa a medidas, incentivos, fórmulas etc destinados a la formación, impulso, descubrimiento o promoción de autores-autoras de Extremadura.
La Ley es una oportunidad única para el desarrollo de nuestras artes escénicas, marca perfectamente y establece los pasos y la estrategia para lograr la creación, normalizar el sistema de ayudas a compañías e industrias culturales ligadas a la escena, desarrollo de la exhibición, cualificación y mantenimiento de los espacios escénicos, cultivo del público, líneas de investigación etc. Sin duda un marco legislativo de gran valor y que dota a la Comunidad de un instrumento más que aprovechable a la hora de lograr un desarrollo importante de sus artes escénicas. Pero, por lo menos a título personal, echo en falta una aproximación más concreta a la figura del autor-autora. En otros tiempos, y personalmente como dramaturgo surgido en Extremadura y que ha desarrollado su trabajo aquí, aquellos sistemas de promoción, unidos a iniciativas como los Talleres de Iniciación a la Escritura Dramática que la Asociación de Autores de Teatro de España tuvo el acierto de radicar en nuestra Comunidad y de los que surgieron muchos nombres que actualmente siguen escribiendo y estrenando sus textos , dieron un fruto interesante. Es evidente que los tiempos han cambiado y que la creación escénica camina por derroteros diferentes, que el hacer del autor-autora, dramaturgo-dramaturga, forma parte del trabajo en equipo que logra que el pretexto suba al escenario, y que al hablar de creación no sólo estamos refiriéndonos al hecho de poner en un papel palabras y acotaciones, pero me temo que la falta de reivindicación, y más ante Leyes como la extremeña que marca pero no delimita con precisión, provoque una laguna que será difícil de ocupar en épocas posteriores.