Las Puertas del Drama
El autor teatral en las Comunidades autónomas
Nº 57

SUMARIO

Presentación

Andalucía

Aragón

Canarias

Castilla y León

Extremadura

Galicia

Madrid

Murcia

Valencia

Infancia y juventud

Nuestra dramaturgia

Cuaderno de bitácora

Socia/Socio de honor

Dramaturgia extranjera

Premios Teatro Exprés

Reseñas

Contextos y procesos en la autoría teatral valenciana del siglo XXI

Ramon X. Rosselló

Universitat de València

A  la memoria de J. V. Martínez Luciano

Podemos empezar con la consideración general de que el panorama actual de la autoría teatral valenciana se caracteriza tanto por el alto número de escritoras y escritores en activo como por la gran diversidad en las propuestas que encontramos. Esta situación es, sin duda, fruto de la incorporación constante de nuevas voces al mundo de la escritura y, como explicaremos más adelante, a la consolidación de las trayectorias de dramaturgos veteranos.1 Como muestra de esta situación, destacaríamos la creación en 2013 de la «Associació Valenciana d’Escriptores i Escriptors Teatrals» (AVEET), formada actualmente por más de 90 autores. Esta asociación, que se ha convertido en un agente más de nuestro tejido escénico, representa un punto de inflexión en la madurez de una profesión que ha llegado, finalmente, a hacerse visible como colectivo y a poner en marcha proyectos propios o apoyar iniciativas que inciden de forma efectiva en el desarrollo del sector.

Associació Valenciana d’Escriptores i Escriptors Teatrals (AVEET).
Fuente: aveet.eu

UN TERRITORIO CON DOS LENGUAS EN SITUACIÓN DESIGUAL

Dicho esto, hay que tener presente que esta consideración se puede hacer si no hacemos distinciones idiomáticas, ya que si la mirada se dirige hacia los usos lingüísticos de los autores, entonces el balance ya no es tan rotundo para nuestra lengua cooficial, dado que una parte importante de los dramaturgos valencianos presenta el castellano como lengua literaria habitual. Esta es una situación que tiene detrás una larga y compleja historia y, si queremos mirarlo por el lado positivo, podemos recordar que fue a finales de los años sesenta del siglo pasado cuando se inició un nuevo momento en nuestro teatro, en el que, después de la crisis del teatro tradicional, se pudo recuperar el valenciano como lengua para la escena, y no sólo para propuestas de carácter comercial y popular. Este período de recuperación, a pesar de las muchas dificultades vividas, algunas de las cuales serán explicadas a continuación, se ha podido ir consolidando gracias a la incorporación de nuevos autores.2

Así pues, no podemos perder de vista que la presencia de textos en castellano en el seno de la actividad escénica valenciana se ha mantenido fuerte. Y podría decirse, incluso, que en este nuevo siglo el castellano ha ganado protagonismo en la escritura de los autores más jóvenes y en las producciones del teatro privado. Es cierto que el contexto político iniciado a partir del verano de 2015, ha ayudado a la promoción de la lengua propia en los escenarios, especialmente si pensamos en términos de producción pública, como veremos más adelante. Por otra parte, también hay que advertir que, en ocasiones, no resulta tan fácil clasificar a los autores en función de la lengua, dado que algunos de ellos escriben en ambas lenguas o sus obras se estrenan en una lengua que no es la habitual en su escritura, como ha ocurrido con textos, entre otros, de Paco Zarzoso o de Jacobo Pallarés, originariamente escritos en castellano. Tampoco podemos olvidar que, en el caso de algunas compañías, es común que ofrezcan sus espectáculos en ambas lenguas o que alternen espectáculos en una u otra lengua. O que en ciertos casos los textos combinen ambos idiomas.

Hacemos esta introducción puesto que en este artículo, que no está centrado en el aspecto lingüístico, mencionaremos autores y autoras para los que su lengua de referencia es el castellano, el valenciano o que pueden ser calificados de bilingües. Pero antes de hablar de la autoría sensu stricto, creemos necesario revisar el contexto general para entender la situación de nuestros dramaturgos durante el siglo XXI.

SOBRE EL CONTEXTO VALENCIANO DEL SIGLO XXI

Podemos observar este contexto desde la consideración de dos factores esenciales, el primero de los cuales sería la evolución del panorama político e institucional, que en el caso valenciano se mantuvo bastante estable hasta mayo de 2015 con las elecciones autonómicas y locales. El segundo de los factores, del que nos ocuparemos a continuación, es la evolución del contexto escénico, condicionado primero por la crisis económica y después por la pandemia. Todo ello sin olvidar la infrafinanciación que como autonomía sufrimos y que, como ocurre en otros sectores, también tiene su impacto en las artes y la cultura.

En torno al contexto económico y social: el peso de las crisis

Un elemento ineludible en todo este período fue, sin duda, el impacto de la crisis económica iniciada en 2008, tanto en el consumo cultural como en la inversión de las instituciones. Si revisamos los datos de los anuarios de la Fundación de la Sociedad General de Autores de España (SGAE), que centra su estudio en tres indicadores (el número de funciones, el de espectadores y la recaudación), comprobamos la gran reducción que tuvo lugar en la actividad teatral, especialmente, a partir de los años 2010 y 2011 y, posteriormente, en 2020 con el impacto de la pandemia:

DATOS DE LA FUNDACIÓN SGAE
SOBRE EL TERRITORIO VALENCIANO RELATIVOS AL TEATRO

AÑOFUNCIONESESPECTADORESRECAUDACIÓN
2004Sin dato1.382.0037.098.311
20086.0131.612.7688.246.811
20123.1401.165.7417.631.675
20163.4161.419.6189.726.360
20193.5881.535.32610.358.690
20201.771389.5042.244.771
Fuente: Anuarios de la Fundación SGAE. Elaboración propia.

Consecuencia directa de la crisis de 2008 sobre el sector público valenciano fue la reestructuración institucional llevada a cabo a finales de 2012, por la que el antiguo organismo Teatres de la Generalitat Valenciana (TGV), que se había puesto en marcha en 1994, pasaba a ser CulturArts. En este, las artes escénicas se convertían en una subdirección, lo que estuvo acompañado de un ERE que disminuyó su plantilla de manera significativa. Asistimos, además, a una reducción muy importante de los presupuestos dedicados al sector, como puede verse en la orden anual de ayudas al teatro y al circo:

AYUDAS AL TEATRO Y CIRCO DE LA GENERALITAT VALENCIANA

AÑOAYUDAS EN EUROS
20082.650.900
20092.364.300
20101.675.000
20111.289.400
20121.102.000 (incluye también las ayudas a la danza)
20131.023.000 (incluye también las ayudas a la danza)
20141.056.800
20151.057.938
Fuente: Centre de Documentació Escènica. Elaboración propia.

Frente a estos datos, comprobamos que desde 2016 el presupuesto ha ido aumentando de forma significativa: de 1.900.000 en 2016 a 4.210.000 en 2021. Si nos fijamos en aquella modalidad de ayuda directamente relacionada con el objeto de análisis, la destinada a la escritura teatral, se observa una evolución positiva desde 2016:

AYUDAS A LA ESCRITURA TEATRAL DE LA GENERALITAT VALENCIANA

AÑOAYUDAS EN EUROS
200824.000
200924.000
201010.000
20117.000
20125.000
20135.000
201410.000
20159.000
201624.000
201736.000
201842.000
201942.000
202056.000
202168.000
Fuente: Centre de Documentació Escènica. Elaboración propia.

Durante el periodo de crisis, además, se redujo la programación dependiente de Teatres de la Generalitat, con la renuncia a continuar gestionando el Teatre Talia desde 2013, destinado habitualmente a las compañías valencianas, con lo que se pasaba a contar con tan solo dos espacios en la ciudad de València: el Principal y el Rialto.3 También se eliminó la convocatoria de los Premios de las Artes Escénicas de la Generalitat Valenciana, cuya última edición tuvo lugar en 2010. Con esta decisión los autores, entre otros, perdían un escaparate más de su trabajo, un galardón, recordemos, que llevaba aparejada la edición de los textos ganadores por parte del Centro de Documentación de TGV, organismo que sufrió un fuerte recorte a partir de 2012. Así, la publicación de textos, iniciada en 2001, fue abandonada, tanto por lo que respecta a la colección “Max Aub”, en la que se publicaban las piezas premiadas (el último volumen fue editado en 2011), como respecto a la colección “Textos en escena”, que acogía las obras producidas por la institución (el último fue de 2013).

Todo este panorama de recortes en el sector escénico, estuvo acompañado por la crisis y el cierre definitivo de Radiotelevisió Valenciana (RTVV) en 2013, para la que una parte importante de los profesionales de las artes escénicas trabajaban, como  ocurría con autores que ejercían de guionistas para distintos formatos televisivos. El impacto de la puesta en marcha a partir de 2005 de programas de producción valenciana, que contaban con guionistas valencianos, y el posterior cierre de RTVV se convierten en elementos relevantes en la trayectoria de algunos dramaturgos (Rosselló 2018b).

En todo caso, podemos constatar que desde la creación del teatro público valenciano a finales de los años ochenta con el Centre Dramàtic de la Generalitat y, posteriormente, con Teatres de la Generalitat, no hubo una política destacada y permanente de apoyo a los autores vivos, sobre todo a los más jóvenes, a pesar de algunos intentos, como la iniciativa puesta en marcha por Juan V. Martínez Luciano en 2004, con el proyecto “Noves dramatúrgies”. Esta situación se agravó en los últimos años de gestión de Gil-Lázaro al frente de Teatres de la Generalitat o desde CulturArts, los cuales coincidieron con los importantes recortes mencionados, además de por una escasa atención a la escritura valenciana y en valenciano.

Acción escénica en el mercado del Cabanyal. Festival Cabanyal Íntim 2021.
Fuente: cabanyalintim.com

En otro nivel, también podemos recordar la desaparición de algunos premios de textos dramáticos y la desaparición o reducción en la edición de algunas colecciones de teatro, tanto vinculadas al sector público como al privado. Así, el Ayuntamiento de València dejó de convocar sus premios literarios en 2010, el premio de Alcoi pasó por diferentes vicisitudes y, asimismo, dejó de convocarse la modalidad de teatro de los Premis Octubre. Por suerte, esta situación ha cambiado desde 2016, como comentaremos más adelante. En cuanto al Ayuntamiento de València, además, se eliminó en 2012 el festival València Escena Oberta (VEO), que desde 2003 había dado espacio a los autores valencianos, especialmente a los más jóvenes, tanto desde el punto de vista de la programación como de la producción de espectáculos para el festival.

En ese contexto de crisis, desde la iniciativa privada, en 2011 nacieron dos festivales vinculados a barrios de València, Russafa Escènica y Cabanyal Íntim, los cuales se han consolidado y han dado un protagonismo a la creación valenciana y, en parte, a los formatos breves. Estos dos festivales, sin duda, han sido motor de creación de piezas breves que, en algunos casos, han sido el origen de piezas largas. En este boom de los formatos breves podemos recordar la puesta en marcha de Microteatre València (2014-2017), un espacio dedicado a este formato, el cual contó, además, con unos ciclos en el Teatre Rialto y en Espai Rambleta, o con sesiones en la Sala Ultramar. Este formato también es protagonista en Castelló de la Plana desde 2015 con la “Fira de Teatre Breu La Ravalera”. Este auge de los formatos breves ha tenido su lado positivo, ya que para algunos de los nuevos autores fue la manera de iniciar sus trayectorias durante esos años tan difíciles para la creación escénica.

Sobre los cambios en el contexto político e institucional

Como decíamos, otro factor destacado en el contexto valenciano serían los cambios producidos en el panorama político. Durante veinte años (1995-2015) el Partido Popular estuvo al frente de la Generalitat, con distintos presidentes, consejeros responsables en materia de cultura y gestores de artes escénicas, algunos con mandatos muy breves (Rosselló, 2021). Esta etapa se dio por cerrada con las elecciones de mayo de 2015, a raíz de las cuales el PSPV-PSOE y Compromís, con el apoyo de Podemos, asumieron el gobierno, una mayoría que se ha mantenido en la legislatura iniciada en 2019.

Resulta evidente que la ideología de los nuevos responsables políticos se ha visto reflejada en cambios en las políticas culturales y en la política lingüística, un campo, este último, en el que el PP nunca mostró un especial interés hacia la lengua propia. Centrándonos en el ámbito escénico, recordemos que con los nuevos responsables termina la larga etapa de Inmaculada Gil-Lázaro (2005-2015), primero, como directora de Teatres de la Generalitat y, posteriormente, como subdirectora de artes escénicas en CulturArts. La etapa de Gil-Lázaro fue, con diferencia, la más extensa de todas las que se han producido al frente del sector público desde la creación del Centre Dramàtic de la Generalitat. Con anterioridad a Gil-Lázaro, ocupó este cargo de forma breve Juan V. Martínez Luciano, quien, como hemos mencionado, puso en marcha el proyecto “Noves dramatúrgies” durante la temporada 2004/2005, con el que se quiso dar un impulso a la producción y exhibición de autoría valenciana.4 Este proyecto siguió con Gil-Lázaro, pero perdiendo el impacto inicial: la última producción con esta etiqueta fue Reset (2012), de Roberto García. La gestión de Gil-Lázaro, especialmente en los últimos años, estuvo marcada por la escasa atención a la autoría valenciana actual, y en general a la autoría contemporánea, puesto que hubo mucho más interés por el repertorio clásico español e internacional.

Con el nuevo gobierno, en primer lugar, ha habido un cambio en la forma de designar a los gestores culturales, a partir del denominado «Código de buenas prácticas en la cultura valenciana», que comportó la convocatoria de concursos públicos para seleccionar a los candidatos. Estos concursos dieron lugar a los nombramientos, en abril de 2016, de Abel Guarinos como director del rebautizado Institut Valencià de Cultura (IVC) y del autor y director Roberto García como director adjunto de artes escénicas, en marzo de 2017, cargos que han sido renovados recientemente. Entre las iniciativas llevadas a cabo por los nuevos responsables, además del aumento en las ayudas al sector ya reseñado, vemos el impulso dado al “Circuit Cultural Valencià”, con un incremento del número de municipios involucrados. Así, se pasa desde los 46 de mayo de 2016, cuando se materializó este nuevo circuito, heredero del anterior Circuit CulturArts y del más antiguo Circuit Teatral Valencià, hasta este 2022, en el que se ha llegado a 89 municipios y dos universidades.

Si nos centramos en aquellas actuaciones ligadas de manera más directa a la autoría, en primer lugar, destaca el aumento de la producción pública y la apuesta por la autoría valenciana viva, con producciones de gran formato estrenadas en el Principal de València y, sobre todo, en el Rialto. Además, desde 2018 se ha recuperado la colección «Textos en escena», que da cabida a los textos originales, las adaptaciones y las versiones producidos por el IVC. Asimismo, podemos destacar la puesta en marcha, desde el IVC, de distintos clubes de lectura, dirigidos a diversos colectivos de público, que están siendo gestionados por autores y autoras y coordinados desde la AVEET.

A ello se suma la creación, durante la temporada 2017/2018, de un laboratorio de escritura teatral denominado “Insula dramataria Josep Lluís Sirera”, coordinado por el dramaturgo Paco Zarzoso. En la primera edición, con la voluntad de dar protagonismo a la autoría femenina, contó con la participación de Maribel Bayona, Antonia Bueno, María Cárdenas, Laura Sanchis, Mafalda Bellido y Begoña Tena. En la segunda edición, Toni Agustí, Sònia Alejo, Isabel Caballero, Jéssica Martínez, Jorge Picó-Alfonso Amador y Javier Sahuquillo fueron los seleccionados. En la tercera edición, la participación se redujo a cuatro dramaturgos: Paula Llorens, Xavier Puchades, Lucía Sáez y Víctor Sánchez. En la edición de 2021, los participantes han sido Paco Romeu, Xavo Giménez, Guadalupe Sáez y Gemma Miralles. Este proyecto incluye lecturas dramatizadas de los textos resultantes y su edición dentro de una nueva colección gestionada por el Centre de Documentació Escènica.

También podemos mencionar la organización del “Torneig de dramatúrgia”, siguiendo el modelo que se inició en el festival catalán de Temporada Alta. Desde el Centre de Documentació, además de llevar a cabo las publicaciones citadas, se ha creado una nueva base de datos dedicada a los autores valencianos bajo el nombre de “Dramatea”, a cargo del dramaturgo, director y docente Xavier Puchades, la cual se complementa con “Espais de treball”, una colección de entrevistas que lleva a cabo otro dramaturgo y profesor, Juanjo Prats.

LAS DIFERENTES PROMOCIONES DE ESCRITORES Y ESCRITORAS TEATRALES

Cabe recordar que el panorama de la dramaturgia actual, vista en su conjunto, tiene su origen en autores vinculados al teatro independiente de los años setenta del siglo pasado. En aquellos grupos independientes, que marcaron el comienzo de una nueva etapa en el teatro valenciano, inician su trayectoria los escritores más veteranos: Manuel Molins y Rodolf Sirera.5 Ya durante el período democrático y los años de la puesta en marcha del teatro público, a finales de los años ochenta y primeros noventa, aparece una segunda promoción,6 con una nómina extensa de autores nacidos a lo largo de la década de los sesenta. Hablamos, entre otros, de Pasqual Alapont, Carles Alberola, Chema Cardeña, Paco Zarzoso, Jaume Policarpo, Francesc Sanguino o Roberto García. Una muestra textual de esta promoción fue la edición en 1996 del volumen Islas, que recogía piezas breves, tanto en castellano como en valenciano, de siete autores, en los que, además de los citados Cardeña, Alberola, Zarzoso y García, teníamos obras de Alejandro Jornet, Carles Pons y Ximo Llorens, estos últimos nacidos en los años cincuenta.7

Con el cambio de siglo podemos hablar ya de una tercera promoción, formada por escritores nacidos durante los años setenta, con los que se amplía, y no sólo numéricamente, la diversidad de estilos y los procesos de trabajo. En esta encontramos nombres como Jorge Picó, Xavier Puchades, Arturo Sánchez Velasco, Jacobo Pallarés, Patrícia Pardo, Juli Disla, Jerónimo Cornelles, Gabriel Ochoa o el colectivo de Pont Flotant, creado en 2000 por Àlex Cantó, Jesús Muñoz, Pau Pons y Joan Collado. Se trata de la primera promoción en la que vemos una presencia relevante de autoras, al frente de las cuales podemos destacar la obra de Pardo, acompañada por Rosa Molero, Anna Albaladejo o Maribel Bayona.8 En esta tercera promoción, tal y como recuerda Puchades (2006), contamos, igualmente, con una serie de actrices que se incorporan al mundo de la escritura, aunque por formación y edad deberían pertenecer a las anteriores: Amparo Vayà, Lola López o Isabel Requena. Asimismo, desde 2004 encontramos en València la actividad de Antonia Bueno. 

A caballo entre la primera y la segunda década, nos encontramos con el surgimiento de una cuarta promoción, parte de la cual son autores nacidos ya en los años ochenta. Dentro de una lista que podría ser muy amplia, tenemos escritores como Begoña Tena, Núria Vizcarro, Xavo Giménez, Guadalupe Sáez, Javier Sahuquillo, Víctor Sánchez, Sònia Alejo, Mertxe Aguilar, Mafalda Bellido, Paco Romeu, María Cárdenas, Lucía Sáez, Laura Sanchis, Isabel Caballero, Jéssica Martínez, Jacobo Roger, Isabel Martí, Paula Llorens, Anna Marí, Daniel Tormo, Joan Nave, Gemma Miralles, Emili Chaqués, Manuel Valls, Desirée Belmonte… Finalmente, podemos hablar de una quinta promoción en ciernes, de autores nacidos ya en la década de los noventa, la cual presenta nombres como Adrián Novella, Borja López Collado, Clàudia Serra, Laia Lloret o Sergio Serrano.

En todo este panorama, que durante cincuenta años ha ido dando lugar a figuras de generaciones y estilos muy diversos, uno de los fenómenos más relevantes ha sido la incorporación de las mujeres a la escritura, circunstancia que si bien podemos observar desde la década de los noventa del siglo pasado, de modo muy especial tiene lugar en el nuevo siglo, y especialmente a lo largo de su segunda década, en donde la presencia de escritoras en los escenarios es ya una realidad consolidada, como lo ponen de manifiesto distintos estudios.9

Todo ello da cuenta de la cantidad de autores y autoras que, a día de hoy, están activos en el seno del teatro valenciano. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando hablamos de autores, estamos hablando en la inmensa mayoría de casos de personas vinculadas a otras facetas de la actividad escénica (o audiovisual), como la interpretación, campo donde muchos de estos se iniciaron, la dirección, la producción, etc. En algunos casos, la etiqueta de autor, en el sentido tradicional, no sería la más adecuada para caracterizarlos, puesto que su labor como dramaturgos va de la mano de los procesos de creación de espectáculos, en los que asumen también la dirección, y en los que la palabra es protagonista junto a los componentes físicos, visuales y audiovisuales, por lo que algunos de ellos prefieren la consideración de creadores de escena más que la de autores.

Hay que ser conscientes de que en la trayectoria de gran parte de ellos predominan los textos vinculados directamente, como veremos en el próximo apartado, a la realidad de las compañías propias y mucho menos a encargos para otras compañías o para el teatro público. Esta situación provoca que ciertas características de la escritura estén marcadas por los modelos de producción y exhibición, sobre todo en aquellos dramaturgos que han tenido que responder a los momentos de crisis, en los que las producciones han sido planteadas desde la escasez de recursos y con la perspectiva de reducir gastos.

Asimismo, es interesante destacar que, durante estos años, hemos asistido a nuevos procesos de creación que se alejan de la escritura individual y solitaria. Así, de la mano del posdramatismo del desaparecido Teatro de los Manantiales o de Inestable, nos hemos encontrado con la concurrencia de dos o más dramaturgos en los procesos creativos, y también propuestas como las de Pont Flotant, compañía que desde Com a pedres (2006) ha incorporado personas que no son actores en sus espectáculos de creación colectiva. En esta línea de incorporar personas reales y no actores a los espectáculos, podemos mencionar las experiencias más recientes de Pont Flotant con El fill que vull tindre (2016) y Acampada (2019) o I tornarem a sopar al carrer (2017), de Xavier Puchades y Begoña Tena, en el que participó un grupo amplio de personas ajenas al mundo del teatro profesional junto a actores profesionales.

El fill que vull tindre (2016) de Pont Flotant.
Fuente: pontflotant.es

Hemos asistido, también, a espectáculos que combinan piezas breves de un conjunto de dramaturgos, como el citado Dies d’ensalada (2001). En 2006 se estrenó Construyendo a Verónica, con textos de Cornelles, Disla, Jornet, Pardo, Ramos y Policarpo, un formato que se repitió diez años después con Hijos de Verónica, en esta ocasión con una nómina de autoras. Uno de los espectáculos más emblemáticos del período ha sido Zero responsables (2010), creado en torno al accidente del metro de València ocurrido en 2006 y de la gestión política posterior, que reunió a un grupo amplio de autores, con textos en ambas lenguas, directores e intérpretes.10 Este espectáculo, además de la autoría múltiple, resulta especialmente destacado dado que representa, desde el punto de vista temático e ideológico, un teatro crítico con la situación política valenciana. Este teatro, de carácter crítico, lo vimos también en 2012 en Valèntia, con piezas de Jaume Policarpo, Xavier Puchades, Begoña Tena, Maribel Bayona y Patrícia Pardo, vinculadas directamente al contexto de la crisis. Más recientemente, nos encontramos con Presoners (2020), a cargo de la compañía Albena Teatre, con textos de Pasqual Alapont, Sònia Alejo, Begoña Tena, Patrícia Pardo, Rodolf Sirera y Chema Cardeña, obra reconocida como mejor texto en los Premios de las Artes Escénicas Valencianas 2021. Diferente es el caso de la coescritura, a cuatro o más manos, en el que, además de los ejemplos históricos de los hermanos Sirera y de Carles Alberola, con Pasqual Alapont o Roberto García, seguimos encontrando propuestas como las de Xavo Giménez y María Cárdenas para La Teta Calva o las de diferentes producciones públicas, como veremos en el próximo apartado.

Dies d’ensalada (2001) con textos d’Arturo Sánchez, Xavier Puchades, Patrícia Pardo, Juli Disla y Jorge Picó. Dirección de Pep Sanchis.
Foto: Jordi Pla. Fuente: uv.es

LA PRODUCCIÓN Y LA EXHIBICIÓN DE LOS AUTORES VALENCIANOS

Como hemos tenido ya ocasión de destacar, y no sólo nosotros –Puchades (2006) hablaba de autor “polivalente”–, la aparición y consolidación de los dramaturgos se vincula, de forma recurrente, a la creación de compañías propias, con las que sus textos han podido llegar a los escenarios, a menudo también dirigiéndolos y/o interpretándolos. No olvidemos que mayoritariamente se trata de personas vinculadas al mundo de la escena, especialmente a la interpretación y a la dirección, aunque, en ciertos casos, también al guion audiovisual. Así, especialmente durante los años noventa asistimos a la creación de compañías todavía en activo, que denominamos «de autor» (Rosselló, 2005), con ejemplos como Albena, con Carles Alberola, Arden, con Chema Cardeña, u Hongaresa, con Paco Zarzoso, Lluïsa Cunillé y Lola López. En este sentido, son muy escasas las compañías que no responden a este modelo, como sería el caso de la alcoyana La Dependent, que ha producido piezas de autores como Pasqual Alapont o Gemma Miralles.

Como ya hemos dicho en otras ocasiones (Rosselló 2016a, 2018a), y hemos puesto de relieve al inicio de este trabajo, el papel jugado por el teatro público en cuanto a la promoción de los autores valencianos, especialmente de los más jóvenes, no ha sido significativa hasta hace pocos años Esta situación ha añadido dificultades a la hora de consolidar las trayectorias de aquellos dramaturgos que no han estado involucrados directamente en la actividad escénica; además, tampoco ha permitido a los autores retos creativos que fuesen más allá de las condiciones de la producción privada y de los circuitos en los que estos son programados. Por lo tanto, la posibilidad de empezar y, sobre todo, de consolidar su carrera ha venido de la mano de la creación de compañías propias o colectivos de creadores. Este es el modelo con el que ya se iniciaron los autores del teatro independiente y ha sido la fórmula que han seguido, en gran parte, los dramaturgos posteriores.

Así pues, cuando revisamos la trayectoria de algunos de los autores más destacados, vemos cómo sus nombres van ligados a compañías, tal como ocurre con los autores citados de la segunda promoción, que mantienen compañías de larga trayectoria. Esta misma realidad la encontramos en autores de la tercera promoción, con Jerónimo Cornelles y Bramant Teatre o con Jacobo Pallarés y Maribel Bayona e Inestable. Respecto a otros autores, como sucedió con Juli Disla, Patrícia Pardo, Arturo Sánchez Velasco o Xavi Puchades, estos estuvieron en compañías ya desaparecidas. En estos y otros casos, los dramaturgos se encuentran ya en una segunda etapa, en la que han creado nuevas estructuras de producción. Así, Patrícia Pardo puso en marcha en 2007 la compañía que lleva su nombre y Juli Disla, con el director Jaume Pérez, fundó Pérez&Disla en 2011. Si nos fijamos en las últimas promociones, tenemos ejemplos como los de Anna Marí y Daniel Tormo con CRIT (2008), Javier Sahuquillo y Laura Sanchis con Perros Daneses (2009), Paula Llorens con Cactus Teatre (2012), Víctor Sánchez con Wichita Co. (2013), Xavo Giménez y María Cárdenas con La Teta Calva (2013), Adrián Novella con Bullanga (2013) o Mafalda Bellido con La Zafirina (2016). En algunos casos, también contamos con compañías de creación colectiva, un campo en el que Pont Flotant (2000) se ha convertido en un referente de primer orden. Más recientemente, han aparecido Caterva Teatre (2011) o La SubTerránea (2013).11

Fer-te el sopar i altres delícies de La SubTerránea.
Foto: Nerea Coll. Fuente: lasubterranea.com

Si nos fijamos en la exhibición, cabe destacar el papel que han jugado algunas salas privadas de la ciudad de València. Así pues, nos encontramos con salas asociadas a la Red de Teatros Alternativos, como Inestable, Carme Teatre, Sala Ultramar o Teatro Círculo, que han ejercido una función importante en el apoyo a la dramaturgia más joven e innovadora. El caso más relevante en cuanto a la autoría es el de la Sala Ultramar, ya que su creación en 2012 partía de un proyecto centrado en el teatro de texto. Respecto al teatro en lengua catalana, ha jugado un papel reseñable el Teatre Micalet, atento a la dramaturgia en lengua propia desde 1995. Un problema, que no solo afecta al ámbito privado, es que las programaciones de las obras suelen ser mayoritariamente de duración breve, lo cual nos lleva a la constatación de un cierto desequilibrio entre producción y exhibición, así como a la necesidad de incidir en políticas de creación de nuevos públicos, especialmente en aquellos espacios en los que se acoge la creación menos comercial y la autoría emergente.

Uno de los fenómenos más interesantes de los últimos años ha sido la puesta en marcha de programas de residencia que han permitido desarrollar proyectos de creación escénica en gran parte de los dramaturgos de la tercera y cuarta promoción. Inicialmente fueron Espacio Inestable y Carme Teatre las que iniciaron este camino. En el caso de Inestable esta iniciativa ha ido evolucionando hasta el actual programa “Graners de Creació”, iniciado en 2019 y que, en estos momentos, implica ya a 20 anfitriones privados y públicos, entre los que encontramos salas y festivales. Asimismo, en 2015 se puso en marcha una convocatoria de autoría desde la Sala Ultramar, con el apoyo de la Fundación SGAE, que implica la creación de un texto bajo la tutorización de un dramaturgo, la cual desde la convocatoria de 2019/2020 ha incorporado la edición del texto resultante, con la colección “Quaderns de bitàcola” (Rosselló 2020). A estos modelos de residencia se ha sumado también el ayuntamiento de València, con su programa de residencias de creación artística.

Por lo que respecta al sector público, fue durante la temporada 2017/2018 y especialmente durante la 2018/2019 cuando se visualizó la apuesta de los nuevos responsables del Institut Valencià de Cultura por la autoría viva de las diferentes promociones, como podemos observar en la siguiente tabla:

PRODUCCIONES Y COPRODUCCIONES DEL IVC DESDE LA TEMPORADA 2016/2017

2016/2017La armonía del silencio, de Lola Blasco
Happy End, de Bertolt Brecht, Dorothy Lane y Kurt Weill (versión de J. V. Martínez Luciano) (coproducción con la Diputación de València)
Els quatre genets de l’Apocalipsi, de V. Blasco Ibáñez (adaptación de Juli Disla)
2017/2018Cuzco, de Víctor Sánchez
Càries, de Juan Luis Mira
Tic-Tac, de Carles Alberola, Pasqual Alapont y Rodolf Sirera (coproducción con la Diputación de València)
Els nostres, de Xavier Puchades, Patrícia Pardo, Begoña Tena y Juli Disla (coproducción con la Diputación de València)
2018/2019Alexandria, de Mertxe Aguilar y Guadalupe Sáez
Faust, con texto de Arturo Sánchez Velasco y Jaume Policarpo a partir de la obra de J. W. Goethe
Jo vaig veure sorra blava a la platea del Teatre Principal, creación colectiva con dramaturgia de Laura Sanchis
Tirant, de J. Martorell (adaptación de Paula Llorens) (coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico)
Tot explota, con dramaturgia de Pepe Ruiz, Carla Chillida y Elías Taño
Somni, dramaturgia de Núria Vizcarro a partir de Sueño de una noche de verano de W. Shakespeare
Tórtola, de Begoña Tena
Valenciana (la realitat no és suficient), de Jordi Casanovas (coproducción con la Diputación de València y Festival Grec)
2019/2020Dinamarca, de Josep Lluís i Rodolf Sirera
Godot, de Juli Disla y Jaume Pérez
La casa de les aranyes, de Paco Zarzoso (coproducción con el TNC)
R(Minds), dramaturgia de Sònia Alejo (artes de calle)
2020/2021Poder i Santedat, de Manuel Molins (coproducción con la Diputación de València)
Barahúnda, de Isabel Caballero
Perenne, de Patrícia Pardo (circo-teatro)
2021/2022Fes-me un lloc, de Isabel Martí
Les saurines, de Mafalda Bellido
La Tempesta, de W. Shakespeare (versión de Roberto García)
Fuente: Institut Valencià de Cultura. Elaboración propia.

Así pues, de las 25 producciones y coproducciones recogidas en la tabla, 6 son adaptaciones o versiones realizadas por dramaturgos valencianos y en solo uno de los espectáculos no ha estado involucrado un autor valenciano. Las 19 producciones restantes contaron con escritores valencianos y, excepto en el caso de Lola Blasco, se trata de residentes en el territorio.

EN TORNO A LA EDICIÓN, LOS PREMIOS Y LA FORMACIÓN

Cabe recordar que una parte importante de los textos teatrales que se escriben y llegan a los escenarios, nunca son editados. Esta es una realidad que dificulta el acceso y el conocimiento de la literatura dramática, más allá de la puesta en escena. Este es un fenómeno que, si bien se ha dado también en otros momentos, se acentuó con la crisis económica, como hemos comentado, especialmente en sus años más duros. Así, además de lo expuesto respecto a las publicaciones de Teatres de la Generalitat, otras editoriales y colecciones también dejaron de editar teatro o redujeron su número. No podemos perder de vista, asimismo, que una parte importante de la edición teatral se encuentra ligada a las convocatorias de premios, que, como hemos mencionado, también fueron víctimas de los recortes, una situación que, por suerte, se ha podido revertir desde 2016.

Entre las editoriales valencianas –y en esto no somos una excepción– son escasas las colecciones que dedican atención al texto dramático. Es evidente que Bromera, desde su colección “Bromera Teatre”, es la que más textos dramáticos ha editado durante todos estos años. Desde 1989 hasta este 2022 ha publicado 85 volúmenes, gran parte de ellos vinculados a algunos premios, como el “Palanca i Roca” de Alzira, pero también actualmente a los recuperados de València y Alcoi. Esta editorial cuenta, además, con una colección específica dedicada a público infantil y adolescente, “Micalet Teatre”, la cual ha llegado a los 59 volúmenes, en la que se publican las obras galardonadas con el Premi Escalante de la Diputació de València. También la colección teatral de Tres i Quatre, desde su creación en 1976, ha apoyado a la autoría valenciana y en 2017 recuperó la modalidad de teatro, dentro de los Premis Octubre, que lleva aparejada la edición de los textos. La editorial Onada, de Benicarló, también cuenta con una colección de textos vinculada actualmente al premio Pepe Alba, convocado por el Ayuntamiento de Sagunt. Dada la escasa edición, hay que valorar la iniciativa de dos editoriales que apostaron por el teatro, como Alupa, que estuvo activa entre 2012 y 2018, y El petit editor, que inició en 2016 su colección, las cuales han publicado mayoritariamente en castellano o, en algunos casos, ediciones bilingües.

Desde la Diputación de Alicante, podemos recordar las ediciones de las piezas galardonadas con el premio Evarist García de teatro breve, creado en 2000, o la del Ayuntamiento de Benissa, puesto en marcha en 2017. La Universitat de València se encarga de publicar el premio Micalet de Teatre, dentro de la colección “Acadèmia dels Nocturns2, y, vinculada también a la Universitat de València, hemos contado con la colección “Teatro siglo XXI” (anteriormente Teatro siglo XX), dirigida por J. V. Martínez Luciano, en la que se han dado a conocer textos de autoría valenciana en ambas lenguas, entre estos los galardonados por la propia universidad. Durante años también encontramos la edición electrónica realizada por la revista Stichomythia (2002-2012), dirigida por Josep L. Sirera. Iniciativa, igualmente, de Sirera fue Episkenion, revista y editorial en la que también se dieron a conocer textos en castellano de dramaturgos valencianos. Contamos, además, con la revista Red escénica, actualmente vinculada a la compañía Inestable, que ha publicado una cantidad considerable de piezas breves y largas, habitualmente de autores valencianos con un perfil creativo no convencional. En algunos casos, las obras nos han llegado a través de la autoedición, como ha ocurrido con las piezas de Pont Flotant o con los textos de Patrícia Pardo, con Obra escollida (1996-2017). También podemos recordar la labor que está llevando a cabo la Institució Alfons el Magnànim, vinculada a la Diputación de València, que ha publicado recientemente el teatro completo de Manuel Molins.12

Otro de los ámbitos en los que echamos en falta un mayor impulso es el de la formación. La Universitat de València, desde el Aula Oberta d’Escriptura Creativa, que inició sus actividades en 2006, ofrece un taller de escritura teatral, a cargo de dramaturgos valencianos, una actividad que en sus primeras ediciones tuvo a Paco Zarzoso como profesor, uno de los profesionales que más presencia ha tenido en actividades de formación, impartiendo talleres en otros espacios como la Escuela del Actor, la SGAE o el Centre Teatral Escalante. Por su parte, la Escuela Superior de Arte Dramático de València ofrece desde el curso 2009/2010 la especialidad de Dirección y Dramaturgia, pero solo en el itinerario de Dirección escénica, en el que las asignaturas dedicadas a la escritura son escasas. Así pues, un objetivo en este campo sería que se pudiese implantar el itinerario específico de Dramaturgia. En ese sentido, si bien los autores, en gran parte, se han formado en la ESAD de València –o en centros privados–, su formación ha sido principalmente como intérpretes, acompañada por cursos y talleres específicos de escritura. En algunos casos, contamos con autores formados también como filólogos o titulados por el Institut del Teatre de Barcelona o la RESAD de Madrid. Entre las iniciativas vinculadas a la enseñanza nos encontramos con CREADOR.ES, que inicia sus actividades en 2013, de la mano de Gabriel Ochoa, con un programa que cuenta con talleres y clases magistrales de destacados autores españoles y extranjeros. Actualmente se encuentran a cargo de este programa Jéssica Martínez y Lucía Sáez, el cual cuenta desde 2019 con la participación de la AVEET.13 Desde 2018 también la AVEET, bajo el patrocinio del Teatre Escalante, gestiona las «Jornades de creació d’arts escèniques per a la infància i la joventut», que incluye un taller de escritura.

CONSIDERACIONES FINALES

Después de este recorrido, podemos decir que el contexto vivido a lo largo del siglo XXI ha quedado marcado por dos crisis de fuerte impacto, una situación agravada actualmente por los efectos de la invasión de Ucrania. Asimismo, han sido relevantes los cambios políticos que tuvieron lugar a raíz de las elecciones de 2015, que han permitido –y eso a pesar de los problemas de financiación que sufre el territorio valenciano– un aumento en la inversión, la puesta en marcha de nuevos proyectos y la reanudación de algunas actividades que habían desaparecido durante los años más críticos, además de contar con un apoyo decidido a la escritura en lengua propia.

También es destacable la consolidación de un circuito de salas privadas en la ciudad de València, vinculadas sobre todo al teatro alternativo, en el que los autores más jóvenes y las compañías más experimentales suelen presentar su trabajo. Así, espacios como Carme Teatre, Inestable o Ultramar, esta última especialmente atenta a la creación textual, hacen posible que los autores más innovadores puedan exhibir sus creaciones de forma regular. No podemos olvidar la creación de los nuevos programas de residencia, que están dando a los creadores oportunidades para desarrollar sus proyectos de una manera diferente. En ese sentido, es innegable el papel que la iniciativa privada, liderada en muchos casos por dramaturgos y directores, ha tenido en la aparición y consolidación de la escritura valenciana.

Ahora bien, con los nuevos responsables al frente de las diferentes instituciones, el sector público está cobrando protagonismo. La puesta en marcha de los nuevos medios públicos de comunicación, con À Punt, es igualmente un elemento que repercute en la actividad de los autores, puesto que en algunos casos comparten su dedicación al teatro con la actividad audiovisual. No obstante, hay que estar atentos al acceso de los dramaturgos más jóvenes y con propuestas menos convencionales a los teatros públicos y hacer un esfuerzo por consolidar –y regularizar en cuanto a calendarios– las ayudas a la escritura y a la creación emergente.

Muy significativa durante todo este período ha sido la aparición progresiva de autoras y creadoras de escena, una circunstancia que, a pesar del escaso apoyo que estas tuvieron desde el sector público, se ha puesto de manifiesto, de manera especialmente significativa, a lo largo de la segunda década de este siglo. Ahora bien, desde finales de de los años noventa del siglo XX, ya se había iniciado un proceso de incorporación de las mujeres al mundo de la escritura teatral. Patrícia Pardo, Pau Pons (dentro de Pont Flotant) o Maribel Bayona, primero, y, posteriormente, Guadalupe Sáez o Begoña Tena son algunos de los nombres que encabezan este cambio, con trayectorias ya consolidadas.

Asistimos a un panorama general en el que contamos con una oferta amplia y variada en cuanto a estilos, formatos y procesos de escritura. Este boom de la autoría, que recuerda a aquel otro de la segunda mitad de los noventa, se ve acompañado por un nuevo contexto, marcado por el cambio de gestores, en el que se percibe una voluntad de impulsar y visibilizar la escritura autóctona. Ahora bien, es importante dar el valor necesario a las condiciones, a diferentes niveles, en las que se dan los procesos de creación/producción, tanto en las iniciativas públicas como privadas, dando espacio a un buen acompañamiento y al cuidado de los proyectos de nuestros autores.  

Encontramos todavía un déficit en la edición de los textos, muchos de los cuales nunca toman el formato de libro, y, cuando esta se da, en su difusión. Seguramente porque tampoco vemos un gran interés por la lectura teatral en la sociedad, un aspecto que se debería cuidar desde el sistema educativo y que merecería una mayor implicación de los medios de comunicación y de la crítica literaria. Si ampliamos la mirada, diríamos que, a pesar de iniciativas de enorme valor, hay que insistir todavía más en tareas de proyección, difusión e investigación de la literatura dramática, así como dar un mayor impulso a la formación, tanto inicial como continua, de nuestros escritores. En ese sentido, es muy relevante la creación de la AVEET, no solo por lo que supone dentro del actual ecosistema escénico valenciano, sino por todas aquellas actividades en las que está participando o que está poniendo en marcha en los últimos años. Ello, sin duda, revierte de manera muy positiva en la mejora y consolidación de una profesión que, a pesar de la precariedad tan habitual en el sector, va consiguiendo una mayor presencia y consideración.

Así pues, y aunque sería deseable que los cambios, después de una etapa tan difícil como la vivida con la pandemia, fueran más rápidos y profundos, podemos concluir que se observan elementos que muestran el inicio de una etapa en la que, a la cantidad, la diversidad y la calidad, se suma el interés de las administraciones por la autoría y los creadores escénicos valencianos. Esperamos, cómo no, que el público, ese otro agente esencial –sin olvidar la necesaria complicidad de los programadores– responda a esta nueva realidad y se acerque, cada vez con más curiosidad y reconocimiento, a la autoría actual.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

Anuarios Fundación SGAE: http://www.anuariossgae.com/ [10.05.2022].

Associació Valenciana d’Escriptores i Escriptors Teatrals: www.aveet.eu [12.05.2022].

Albaladejo, Anna (2018) «Bailando memoria(s) de mujer: dos escenas autobiográficas en territorio valenciano», Investigación teatral, vol. 9, núm. 14, p. 94-120.

Boluda, Carolina (2019) Creació escènica a València avui. Feminismes, memòria, migracions i classes, València, L’Estiba Cultural.

Carbó, Ferran (2000) El teatre a València entre 1963 i 1970, València, Universitat de València.

Carbó, Ferran y Cortés, Santi (1997: El teatre en la postguerra valenciana (1939-1962), València, Tres i Quatre.

Centre de Documentació Escènica: <www.documentacionescenica.com> [26.05.2022].

Diago, Nel (1996) «La escritura dramática valenciana finisecular: de islas y archipiélagos»,  en Islas, València, Universitat de València, pp. 11-24.

Graners de creació: <www.granersdecreacio.com> [11.05.2022].

Llorens, Paula (2019) Dramaturgas en el teatro valenciano actual, Trabajo Final de Máster, UNED.

Pardo, Patrícia (2016) «Dona i creació escènica al País Valencià (2005-2014)», L’Aiguadolç, 45, pp. 29-43.

Puchades, Xavier (2006) «Nuevas promociones de autores dramáticos en el teatro valenciano (1984-2005)», Stichomythia, 4, sin paginar.

Ragué-Arias, María-José (2000) ¿Nuevas dramaturgias? Los autores de fin de siglo en Cataluña, Valencia y Baleares, Madrid, INAEM.

Rosselló, Ramon X. (1997) «Sobre el teatre independent valencià i la nova escriptura teatral», Caplletra, 22, pp. 217-230.

—(2005) «Producció teatral privada i models de creació actuals al País Valencià», en I Simposi Internacional sobre Teatre Català Contemporani, Barcelona, Institut del Teatre, pp. 379-402.

—(2010) «Los inicios de la ‘nova dramatúrgia’ valenciana: del tardofranquismo al estado de las autonomías», Pygmalion, 1, pp. 51-70.

—(2014) «Más allá de la interpretación: nuevas creadoras en el teatro valenciano actual»,  Telondefondo, 19, pp. 83-107.

—(2016a) «L’escriptura teatral valenciana dels anys 90 ençà», L’Aiguadolç, 45, pp. 13-28.

—(2016b) «Las autoras asaltan los escenarios valencianos del siglo XX», en Albaladejo, Anna et al.Hijos de Verónica (Generación del miedo), Cullera, El petit editor, pp. 9-33.

—(2018a) «La dramatúrgia valenciana actual: entre la quantitat i la diversitat de propostes», en Broch, À., Cornudella, J. y F. Foguet, Teatre català avui 2000-2017, Juneda, Editorial Fonoll, pp. 75-112.

—(2018b) «L’autoria teatral valenciana del segle XXI: la consolidació de noves veus»,  Zeitschrift für Katalanistik, núm. 31, pp. 313-343.

—(2020) «Sobre la dramaturgia valenciana actual y la Sala Ultramar», en Ruiz, C., Solo quedará la lluvia/Només quedarà la pluja, València, Sala Ultramar Edicions, pp. 7-16.

—(2021) «País Valencià: canvis i reptes de la gestió teatral del segle XXI», Revista de Catalunya, 313, pp. 112-127.

Sirera, Josep Lluís (2004) «Introducció», en Policarpo, Jaume, Benavent, Enric y Calinca, Tadeus, Teatre valencià contemporani, València, Tres i Quatre, pp. 7-70.

Tortosa, Virgilio (2000) «Panorama de la dramatúrgia valenciana dels 90», en Rosselló, Ramon X. (ed.): Aproximació al teatre valencià actual (1968-1998), València, Universitat de València, pp. 187-260.

Notas

  1. Esta es una valoración que ya hemos expuesto en algún estudio anterior, como en Rosselló (2018a). Este artículo parte de aquel trabajo, aunque en esta ocasión la mirada es más amplia y actualiza datos hasta mayo de 2022.
  2. Recordemos que «valenciano» es el nombre oficial con el que se denomina la variedad de la lengua catalana hablada en gran parte del territorio valenciano. Para profundizar en la autoría valenciana en lengua catalana durante la segunda mitad del siglo XX, puede consultarse Carbó y Cortés (1997), Carbó (2000), Rosselló (1997, 2010) y Sirera (2004). Para profundizar en la autoría del siglo XXI puede verse Rosselló (2016a, 2018a). Recientemente se ha publicado una antología, Dramatúrgia valenciana contemporània (2021, Comanegra/Institut del Teatre), que recoge algunos de los autores que habitualmente utilizan esta lengua.
  3. Anteriormente ya se había dejado de programar, primero, la Sala Moratín (desde la temporada 2007/08) y, posteriormente, en 2009, el denominado L’Altre Espai, espacios que desaparecieron como tales.
  4. Recordemos que Martínez Luciano había impulsado la edición teatral de nuestros autores desde 1996 con las colecciones “Teatro Siglo XX” y “Teatro Siglo XXI” (Universitat de València). También en estos primeros años del nuevo siglo se llevaron a cabo los encuentros “Acción Teatral de la Valldigna”, a cargo de Nel Diago y José Moleón.
  5. Recordemos que una parte de la producción de Rodolf Sirera fue escrita junto a Josep Lluís Sirera (1954-2015). Otros autores surgidos del teatro independiente fueron Ximo Vidal o Eduardo Zamanillo, vinculados sobre todo al teatro para la infancia. Para conocer con detalle la trayectoria de los autores valencianos recomendamos visitar la base «Dramatea» del Centre de Documentació Escènica o la web de la AVEET.
  6. En esta propuesta de promociones, que sigue la planteada por Puchades (2006), tenemos en cuenta el momento en el que los autores inician su carrera, circunstancia que provoca que se reúnan escritores de edades no siempre similares.
  7. Nel Diago (1996: 19), prologuista de este volumen, comentaba que otros autores habían quedado fuera y citaba nombres como Francesc Adrià, Rafael González, Juan Luis Mira, Jaume Policarpo, Juanjo Prats, Francesc Sanguino y Cristina Maciá, la única autora mencionada. Otros nombres que también surgen en esta década son Jaime Pujol, Sefa Bernet, Antonio Cremades, Rafa Hernández o Hadi Kurick. Sobre los autores de los noventa, se puede consultar Tortosa (2000), Ragué-Arias (2000) y Puchades (2006).
  8. Muestras textuales de esta promoción pueden ser Dies d’ensalada, obra de autoría múltiple en la que participaron Disla, Pardo, Picó, Puchades y Sánchez Velasco, publicada en 2001 por la Universitat de València, o el volumen Reflexiones sobre el siglo XXI, publicado en 2002 por Acotaciones en la caja negra. Sobre la trayectoria de algunos miembros de esta tercera promoción, se puede consultar Rosselló (2018b).
  9. Un ejemplo de este proceso fue Hijos de Verónica (2016), un espectáculo que apostó por las autoras con textos de Albaladejo, Bellido, Cárdenas, Llorens, Sáez y Vayà, cuyo texto fue publicado en 2016 por El petit editor. Para más información sobre la creación escénica de mujeres se pueden ver los estudios de Albaladejo (2018), Boluda (2019), Llorens (2019), Pardo (2016) y Rosselló (2014 y 2016b).
  10. Este texto fue editado, en versión bilingüe, por Artezblai en 2017.
  11. Para ver un panorama más completo de las compañías se puede acudir a la información de las dos asociaciones existentes. Las compañías más veteranas suelen formar parte de la Associació d’Empreses d’Arts Escèniques del País Valencià (AVETID) (<http://avetid.com/>), mientras que las compañías vinculadas a los autores de las últimas promociones forman parte, en gran parte, de Comité Escèniques (<https://comiteesceniques.org/>).
  12. Evidentemente los autores valencianos han sido publicados por editoriales de otros territorios, como Arola, que recientemente ha editado Teatro escogido (1996-2020) de Paco Zarzoso, u otras como Ñaque, Antígona, Ediciones Invasoras o Fundación SGAE.
  13. Esta asociación también impulsó en 2016 la puesta en marcha del “Torneig de Dramatúrgia” en el territorio valenciano