“El autor teatral es un espécimen en peligro, como el lince ibérico”. Lo dijo en una entrevista Pablo Remón, último Premio Nacional de Literatura Dramática, y añadía entonces que, aunque la escritura teatral estaba resurgiendo, quedaba mucho por hacer porque “dedicarse a escribir teatro sigue siendo poco menos que imposible”. Y ahora, en este 2022, como ha ocurrido en todos los aspectos de las artes escénicas, la pandemia no ha hecho sino empeorar la situación de un arte en eterna crisis.
Con esa sensación –o certeza– de la imposibilidad de vivir de la dramaturgia coincide la gran mayoría de los autores de la Región de Murcia. No se puede vivir de la dramaturgia, pero sí “es posible vivir con la dramaturgia”, apunta Diana de Paco, quien trata de que su trabajo como docente e investigadora esté ligado a la labor como autora teatral. Y Alba Saura, una de las dramaturgas más jóvenes de la Región, también docente e investigadora, se manifiesta en esa misma línea señalando que la dramaturgia “es una actividad que, en el mejor de los casos, acompaña tímidamente a otras labores profesionales que son las que permiten sobrevivir”.
El presidente de la Asociación de Dramaturgos de la Región de Murcia (DREM), Jesús Galera, cree que “la dramaturgia sigue siendo la hermana pequeña del teatro, la parte más débil de todo un entramado ya de por sí débil”. Pero, como el resto de autores teatrales, no oculta su entusiasmo a la hora de hablar de esta pasión –más que profesión–, de la necesidad por escribir historias, por crear mundos, por dar forma a sueños y construir realidades en las que poder mirarnos.
La pasión asoma en cada recomendación que los propios dramaturgos murcianos cuentan que harían a quien se acercara a ellos pidiéndoles consejo para dedicarse a escribir historias para los escenarios: Que se forme, que acuda a talleres, cursos… pero, por encima de todo, que persiga lo que le mueve, aunque sea duro; que sea siempre fiel a sí mismo y que no piense en el éxito, porque el mayor éxito es disfrutar de lo que se hace. Le dirían que conozca bien todos los entresijos del teatro, que observe mucho, que pase tiempo viendo operar la escena desde dentro y desde fuera; que vea mucho teatro, que lea mucho para luego olvidarse, y que escriba, que escriba y escriba…; que observe también la teatralidad en cada una de las acciones y escenas de la vida diaria y que lleve siempre una libreta a mano para apuntar hasta lo que le parezca que no tiene sentido; que atienda a su pulso expresivo y que enriquezca su inquietud constantemente a base de vivir, observar y experimentar, y también que escriba desde el escenario, que escriba en el escenario y, sobre todo, que no le importe desaparecer tras el montaje. Y surgen en las conversaciones, ligadas al arte y al oficio de la dramaturgia, palabras como entrega, generosidad, sensatez, honestidad, humanidad y humildad.
La Región de Murcia y la cultura
La Región de Murcia es una comunidad autónoma uniprovincial integrada por 45 municipios. Es la novena en superficie y la décima de España en cuanto a población (más de 1,5 millones de habitantes). Según los datos del Ministerio de Cultura y Deporte recogidos en el Anuario de Estadísticas Culturales 20211, hay 50 espacios escénicos estables en la Región de Murcia, de los que 40 son públicos. En cuanto al número de espacios en relación a los habitantes, la Región se sitúa ligeramente por debajo de la media en España, al igual que cuando se trata de contabilizar las personas que asisten a espectáculos de artes escénicas.
Respecto al empleo cultural, en la Región de Murcia hay alrededor de 13.500 profesionales activos y el porcentaje del total del empleo supone un 2,2 por ciento, situándose de nuevo por debajo de la media nacional, aunque no en los últimos puestos. Hay, según las mismas fuentes, 76 compañías de teatro, lo que supone solo el 1,8 por ciento de toda España (porcentaje únicamente superior al de Navarra, Cantabria, La Rioja, Ceuta y Melilla). Y hay asimismo un único centro oficial que ofrezca enseñanzas de arte dramático, la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia (ESAD), en la que en el curso 19-20 había matriculados 266 alumnos y donde se imparten los estudios de Interpretación –textual, musical y de creación– y de Dirección Escénica y Dramaturgia.
Muchos de los nuevos dramaturgos surgidos en los últimos años en la Región de Murcia proceden de la ESAD, aunque también hay quienes han llegado a ella a través de la interpretación, del teatro de la creación y de otros campos como la Filología. Es habitual la realización de cursos y talleres relacionados con la dramaturgia, aunque fuera de la Región de Murcia, ya que no hay una oferta real de este tipo de formación al margen de la ESAD. De hecho, desde la Asociación de Dramaturgos explican que la realización de talleres es una de las tareas pendientes; al igual que el desarrollo de más actividades, de encuentros y jornadas más grandes y de mayor proyección que las que se realizan en la actualidad.
El responsable de DREM, Jesús Galera, también explica que en la asociación, creada hace un lustro y que cuenta en la actualidad con una veintena de miembros, hay sobre todo tres perfiles diferenciados de dramaturgos: quienes trabajan para una compañía teatral concreta o que se encargan de poner en escena sus propios textos también como directores; quienes se han formado en la Escuela de Arte Dramático y, aunque no trabajen siempre con una misma compañía, tienen contactos con el sector, y por último, quienes provienen de otros campos y no tienen una relación directa con el teatro profesional. Precisamente para estos últimos casos, DREM se ha convertido en una interesante herramienta a la hora de poder ponerse en contacto con las compañías y el resto de profesionales de las artes escénicas y mostrar su trabajo.
Este objetivo de dar a conocer el papel del dramaturgo y de potenciar, difundir y dignificar el trabajo que realizan autores de la Región es el principal fin que se persigue desde la Asociación, al que se suman la organización de actividades como sus Jornadas anuales, que poseen carácter nacional; otras charlas y encuentros con autores, lectores y espectadores; la creación de vías de colaboración e intercambio con otras asociaciones relacionadas con las artes escénicas de dentro y fuera de la Región; lecturas dramatizadas, y la publicación de obras de los asociados. En concreto, se editan en la actualidad dos libros al año que recogen la obra de cuatro dramaturgos de la Región.
Ayudas y medidas
Tanto desde dentro como desde fuera de DREM, la petición de los dramaturgos y profesionales de las artes escénicas de más apoyo por parte de la Administración es unánime, ya que consideran insuficientes las medidas y ayudas actuales.
Una de las más importantes es el Circuito Profesional de Artes Escénicas y Música de la Región de Murcia; una iniciativa que se valora positivamente desde el sector, aunque a través de ella no se apoye de forma específica a los autores murcianos. Fue en 2019 cuando el Instituto de las Industrias Culturales y de las Artes de la Región de Murcia (ICA), dependiente en la actualidad de la Consejería de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes, recuperaba tras varios años el Circuito Profesional de Artes Escénicas y Música de la Región de Murcia. Con una dotación anual de 400.000 euros, se crea así una red entre espacios escénicos y compañías productoras, apoyándose la distribución y la exhibición de espectáculos. En la actualidad, cuenta con 25 ayuntamientos adheridos y un total de 41 espacios escénicos y una media de 200 representaciones programadas al año, aunque no todas ellas son producciones de compañías de la Región de Murcia. La convocatoria para 2023 ya está lanzada.
También se convocarán próximamente por parte del ICA las ayudas para las giras nacionales e internacionales de compañías y productoras murcianas del Plan Escena Nacional e Internacional, con una cuantía de 100.000 euros, y Ayudas a la Producción de Espectáculos de Artes Escénicas, este año con una dotación de 100.000 euros. Una medida esta última que, en esta ocasión, sí fomenta tímidamente la dramaturgia murciana, ya que en la valoración final se otorga un punto adicional si el autor del texto del espectáculo presentado para su puesta en escena es de la Región de Murcia.
En cuanto a los municipios, destacan también algunas iniciativas como los ‘Tubos de Ensayo’, residencias de trabajo de hasta seis meses en espacios municipales de Murcia abiertas a cualquier disciplina artística o creativa –las artes escénicas entre ellas–, y los ‘Reactivos Culturales’ que también convoca el Ayuntamiento de Murcia. En este último caso, se trata de un programa de ayudas a la producción creado a raíz del daño sufrido por el sector cultural durante la pandemia y que incluye una Línea de Artes Escénicas, asegurándose posteriormente la programación de esos espectáculos en auditorios y teatros municipales. A estas medidas se suma asimismo el Premio de Textos Teatrales Juan José Ferrando creado por el Ayuntamiento de Molina de Segura, dotado con mil euros, y del que este 2022 se ha convocado su segunda edición.
Se trata de unas medidas que fomentan las artes escénicas en la Región de Murcia, aunque en la mayoría de casos, no de forma específica la dramaturgia. Por ello, desde DREM piden más implicación por parte de las Administraciones locales y regionales, además de una mejor formación para los programadores. “Murcia es una región pequeña, pero con muchos teatros que no tienen, en la mayoría de los casos, la programación que deberían tener”, y sostienen que “faltan buenos programadores en los ayuntamientos que generen una dinámica de trabajo en los espacios.”
Por ello, la mayor dificultad con la que se encuentran los autores de la Región de Murcia, además de cómo dar a conocer sus obras, es, posteriormente, la distribución de los espectáculos, incluso dentro de la misma Comunidad. “Hay programadores que lo primero que preguntan a las compañías es si hay actores que salgan en la televisión o si tienen alguna obra clásica, y que piensan que el hecho de que se trate de un texto de un dramaturgo de Murcia juega en contra”. Pero añaden desde DREM que no hay que olvidar que gestionan dinero público y que una parte de ese dinero debería ir ‘a riesgo’, a programar cosas que, incluso aunque piensen que no van a funcionar, son necesarias para dar a conocer lo que se hace en la Región y ayudar así también a formar al público.
En este mismo sentido opina Luisma Soriano, dramaturgo murciano ganador de la 46º edición del prestigioso Premio Born de Teatro de Menorca por El desmoronamiento de la ternura –espectáculo que este mes de junio se estrena en el Teatro Circo Murcia–. Soriano lamenta que, en la Región de Murcia, “los agentes culturales no tengan un plan ni medio digno para las artes escénicas ni conozcan las características reales del sector”, y duda de que “los programadores sepan quiénes son los dramaturgos de esta Región”. “Hay excepciones, como en todo, pero son tan pocas que no se puede decir que, en general, haya un apoyo a la creación de obras de autores murcianos”, añade.
También Rocío Bernal, una de las fundadoras de la Compañía Deconné, autora y actriz, incide en “el desconocimiento por parte de los programadores del trabajo que se hace en la propia Región”, con excepciones como el municipio de Murcia, “donde los teatros y los auditorios municipales están haciendo un gran trabajo muy vinculado a las producciones de las compañías murcianas.” Y hace hincapié en las dificultades específicas con las que se encuentran las jóvenes compañías como la suya: “Por un lado, no podemos vender una trayectoria ni un estilo porque no se nos conoce. Y por otro lado, tampoco podemos vender un ‘texto’, un Lorca, un Shakespeare… por lo que el programador no sabe lo que está contratando y, al final, no contrata”.
Y es que parece que “todavía cuesta mucho creer en el talento murciano en general y se valora mucho más lo que viene de fuera”, según sostiene Natalia Yurena Rodríguez, otra joven dramaturga cuyos textos se pueden ver representados en estos momentos en los escenarios de la Región. “Ser autor murciano no te proporciona ningún beneficio; es más, genera dudas. Hay un fuerte complejo de inferioridad en la Región y sería genial que no hiciera falta triunfar fuera para que se creyera un poco más en nuestro trabajo”, añade, y retoma también la crítica hacia los programadores: “En general, los programadores son personas ajenas al mundo del teatro y de la cultura; no conocen el campo teatral y no distinguen el valor y el trabajo de las producciones. El Circuito de Artes Escénicas beneficia a las compañías y algunas de ellas cuentan con nuestro trabajo, pero, en general, es difícil entrar en el mundo laboral en la Región. Son pocos los trabajos que se visibilizan y que se ponen en pie en relación con los que se quedan guardados en cajones.”
Otras de las voces más representativas de la dramaturgia murciana, la del autor Juan Montoro Lara, entiende que “la creación de un texto para el teatro está cada vez más unida a un proyecto escénico”, y cree que habría que “apoyar a las compañías para que tengan ganas de trabajar con dramaturgos murcianos”. Algo que pasa, de nuevo, por el apoyo en la programación: “Las compañías han de tener la seguridad de que, si apuestan por la dramaturgia murciana, van a poder rentabilizar la inversión. Y aún falta para esto, porque lo que ocurre por ejemplo en el municipio de Murcia, que sí apoya, no tiene su reflejo a nivel Región”.
Montoro Lara cree así que las ayudas antes mencionadas “claramente benefician, pero existen problemas estructurales que provocan que ese beneficio no lleve a una situación general satisfactoria. La mayoría de las veces se queda en algo puntual, y no le encuentro mucho sentido a que den una ayuda para hacer un montaje que nadie tiene después interés en programar”, lamenta.
Por último, otro de los autores más veteranos y más programados tanto dentro como fuera de la Región de Murcia, Fulgencio Martínez Lax, también afirma que “no basta el estreno, sino que los programadores han de ir un poco más allá y confiar en los artistas de la Región”. Y, a pesar de las dificultades que siguen existiendo, destaca el avance logrado recordando que “hasta hace unos pocos años, solo la compañía Alquibla Teatro corría el riesgo con autores de la Región de Murcia, pero ahora mismo solo hay que acercarse a la hemeroteca para ver que hay dramaturgas como Alba Saura, Natalia Rodríguez, Raquel Garod, María José Gálvez o Diana de Paco y dramaturgos como Juan Montoro, José Bote, Juanma Soriano y Javier Ruano –además de él mismo– que tienen obras que han pasado por los escenarios de nuestra Región esta temporada”.
Ante la falta general de programadores de calidad en la Región de Murcia, muchos autores nombran como excepción los espacios escénicos del Ayuntamiento de Murcia (Teatro Romea, Teatro Circo Murcia, Teatro Bernal y los cinco Auditorios municipales), desde los que se realizan apoyos a la producción de forma regular, destacando en la última temporada el ciclo ‘Pequeño teatro’ del TCM, destinado a dar visibilidad a las compañías y autores de la Región, y que dedican gran parte de su programación a espectáculos realizados en la Comunidad. Y también destacan el trabajo llevado a cabo desde el Ayuntamiento de Molina de Segura, cuyo teatro, el Villa de Molina, está asimismo muy implicado en la programación de compañías profesionales y amateurs de la Región.
Y dispuestos a seguir sumando, los propios dramaturgos proponen nuevas iniciativas por parte de las Administraciones como, por ejemplo, crear una colección de textos de dramaturgos murcianos que luego promocionar y traducir, becas de creación que abarquen desde los estadios de la investigación hasta el desarrollo de la obra o residencias de creación dramática que incentiven la elaboración de un proyecto dramático. Hay quien apostaría por sistemas de cuotas en iniciativas como el Circuito de Artes Escénicas, por ayudas específicas para la creación de textos y la publicación de los mismos y también por abrir espacios escénicos a los profesionales para trabajos de producción propia, para explorar e investigar. Crear un certamen regional de escritura teatral o una convocatoria en la que una compañía presente un proyecto junto a un dramaturgo y que se asegure su producción y distribución en el Circuito y más apoyo para actividades de formación para dramaturgos murcianos y para las actividades impulsadas desde DREM son otras de las propuestas que lanzan ante las carencias que detectan en el sector.
Interacción con las compañías
Ya se ha señalado que una de las principales dificultades de los autores teatrales de la Región de Murcia es dar a conocer sus obras para que puedan ser representadas y no acaben en un cajón. En este sentido, desde DREM se facilita la interacción entre los autores y las compañías y Martínez Lax, principal impulsor de la asociación, asegura que el trabajo realizado en los últimos años “ha hecho que los dramaturgos hayan dejado de navegar en solitario y contra vientos que partían de la propia casa, facilitando tanto la interacción con las compañías como la relación con otras asociaciones y dramaturgos”. Asimismo, destaca la publicación de su colección de textos teatrales, “que está siendo demandada, con bastante interés, por las compañías”.
Pero aún sigue siendo difícil para algunos autores dar a conocer los textos que escriben, hacerlos llegar a las compañías, y se encuentran con que la única posibilidad real es montar y dirigir ellos mismos sus obras. Una realidad que hace que, en ocasiones, la propia escritura teatral esté condicionada al material del que se dispone para llevarla a escena.
Asimismo, son varios los dramaturgos que, en la actualidad, crean sus textos desde, por y para las compañías de las que forman parte o con las que previamente han llegado a algún acuerdo. Natalia Yurena Rodríguez apunta que “la mayoría de los proyectos compartidos entre las compañías y los autores en la Región de Murcia funcionan a través de encargos”, lo que hace más fácil la puesta en escena de estos textos que, en caso de ser ofrecidos a las compañías sin contactos previos, pueden acabar con facilidad en mensajes no leídos que se quedan en la bandeja de entrada del correo electrónico.
En general, se percibe que la dramaturgia murciana está ganando terreno en los últimos años, y que hay un impulso real por parte de las compañías a producir o autoproducir textos de autores murcianos. Hay una mayor fluidez en el trato entre los autores y las compañías de la Región que muchos achacan al trabajo realizado desde el asociacionismo y, en concreto, desde DREM o con la creación de iniciativas como los Premios Azahar de las Artes Escénicas, impulsados en este caso desde la asociación Murcia a Escena.
Alba Saura, por ejemplo, cree que “hay un apoyo importante por parte de las compañías, que deciden cada vez más trabajar y llevar a cabo montajes de dramaturgia murciana”. Coincide con sus compañeros en que es necesario incrementar el apoyo por parte de las Administraciones y aplaude “la apuesta por la dramaturgia murciana que se hace desde las empresas por un deseo artístico, aún a sabiendas de que podría ser compleja su distribución si pensamos en términos de la mercadotecnia más comercial”.
Diana de Paco también destaca que el resultado actual a la hora de incrementar la visibilidad de los autores murcianos “es, sobre todo, producto del esfuerzo de las compañías” y explica que, en su caso, solo implicándose “en la producción y distribución de forma personal” han podido llegar a escena algunas de sus obras. Y José Bote, quien cree que, en general, desde los espacios escénicos públicos “se apoya mucho más a los autores que hace unos años”, también afirma que muchas de las iniciativas parten de las propias compañías y que queda mucho por hacer, y lamenta asimismo que la distribución de los textos de dramaturgos murciano sea mucho más complicada y que no exista un programa conjunto por parte de todos los agentes implicados en la cultura.
El hecho de que la Región de Murcia sea una comunidad pequeña hace sin duda que sea más fácil el conocimiento mutuo y la relación entre autores y compañías teatrales, aunque también hay quien apunta a que esa fluidez tiene en ocasiones más que ver con las relaciones personales entre los componentes de ambas partes. En este sentido, una de las voces más críticas, es la de la joven dramaturga y actriz Raquel Garod. Sostiene que “a pesar del contexto pandémico, y en la medida de lo posible, desde los espacios públicos se ha procurado generar oportunidades para las artes escénicas en el municipio de Murcia a favor de la visibilidad que, sin embargo, en la mayoría de los casos, no tienen continuidad o proyección fuera de los límites de la Región”.
No considera que se priorice la puesta en escena de textos de autores de la Región, pero “sí se valora y se les da cabida”. Y apunta como una importante dificultad a la hora de que los textos lleguen a escena el propio contexto profesional murciano, que es en ocasiones “el peor enemigo”, y “la ausencia de una línea de trabajo común real que debería venir de la mano de los propios colectivos de las artes escénicas”. Cree Garod que “son minoría los actores o productores que conocen más allá de un título, por haber leído, indagado o visto representada la obra de algún autor murciano” y afirma que, en la práctica, “las relaciones entre autores y compañías vienen fundamentadas por cuestiones meramente personales y de intereses propios”, entrando también en juego “egos y envidias que suponen un desgaste e incluso una desmotivación para los profesionales”.
En cualquier caso, lo que parece claro es que “el público responde más allá de etiquetas, y si un teatro programa una obra de dramaturgia murciana, gustará o no según cómo le interpele; esta es la clave: funcionan las obras por su propio valor”, sostiene Alba Saura. Y son varios los que coinciden con ella y creen que los prejuicios con los autores murcianos son mayores por parte de los programadores que por el público en sí y que, a pesar del desconocimiento real que existe, los textos de dramaturgos murcianos cuentan con una buena acogida de los espectadores.
En parte por ello, hay también quien, como Montoro Lara, se cuestiona si hay que priorizar la producción o distribución de obras de autores murcianos en los escenarios de la Región de Murcia. “Con que se tengan en buena consideración, es suficiente; cuidar y apoyar no pasa necesariamente por dar un trato de favor”, añade, y cree que los autores han de ser “valorados más según el resultado del montaje que del propio texto”, entendiendo que el trabajo del autor “está más en la sala de ensayo, junto al resto del equipo, que en la soledad ante el ordenador en el estudio de casa”.
De hecho, esa idea del autor solitario que escribe un texto para meterlo en un cajón se va poco a poco diluyendo y va también desapareciendo, según el responsable de DREM, Jesús Galera, “el complejo de inferioridad de los autores murcianos”. “La sensación está cambiando porque en los últimos años se ha visto que hay posibilidad real de que interese su trabajo y porque se ha demostrado que hay espectáculos rentables que se están moviendo bien”. Quizá en ocasiones, y a pesar de la importancia de la dramaturgia como esqueleto central de cualquier producción teatral, la escritura teatral sigue siendo la hermana pequeña de las artes escénicas y los autores, “los olvidados del teatro” porque, lamenta Galera, “hay veces en las que parece que todo el mundo se siente capacitado para crear una historia y se olvidan de que en la Región de Murcia hay gente que se dedica a eso, que escribe muy bien, que hace textos muy buenos y que tiene historias interesantes que contar. Solo hay que buscar”.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
Ministerio de Cultura y Deporte, 2021. Anuario de Estadísticas Culturales. En línea: https://www.culturaydeporte.gob.es/dam/jcr:f595ecde-9965-4204-a134-7c569931eb1e/anuario-de-estadisticas-culturales-2021.pdf
Remón, P. (2018, 31 de mayo). Entrevista a Pablo Remón por El tratamiento. Revistareatros.es. http://revistateatros.es/entrevistas/entrevista-a-pablo-remon-por-el-tratamiento_2660/